Política
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Hubo problemas para trasladar a dos de las nenas accidentadas en la Ruta 2 porque Vidal destruyó la flota de helicópteros del Estado bonaerense. Las derivaron al Hospital El Cruce, el mismo al que la Gestión Cambiemos le recortó cuatrocientos millones de pesos de su presupuesto.

“Nos encontramos muy apenados por no poder dar respuesta sanitaria inmediata a tan terrible tragedia. Lamentablemente nuestros pedidos para evitar el vaciamiento de la Dirección de Aeronáutica de la Provincia de Bs As nunca fueron escuchados”, lamentaron los pilotos de la Dirección de Aeronáutica de la Provincia de Buenos Aires por medio de su página de Facebook, en alusión a los inconvenientes que surgieron a la hora de trasladar a víctimas del accidente vial que tuvo lugar ayer en la ruta 2, a la altura de Lezama.

Como se recordará, alrededor de la hora 6,30, volcó un micro que llevaba a pibes de una escuela de la localidad de Benavídez rumbo a San Clemente del Tuyú. El saldo es terrible: dos nenas muertas y varios heridos.

En este contexto, cuando desde la UPA y Bomberos Voluntarios de Lezama se comunicaron con la Dirección Provincial de Aeronáutica para solicitar el apoyo de helicópteros para trasladar a los heridos de más gravedad, la respuesta fue desalentadora.

Es que María Eugenia Vidal destruyó la flota de cuatro aviones y cinco helicópteros en funcionamiento que recibió al asumir. De ello sólo queda un helicóptero que –según se supo- ese mismo día trasladó a un funcionario a Costa Salguero ¿Será el mismo que suele utilizar Vidal cuando, de vez en cuando, deja la Base de Morón donde eligió vivir para ir a La Plata?

De todos modos, ese día el profesionalismo y dedicación de los trabajadores de la Salud y Bomberos, hizo que se pudieran superar los problemas y, al promediar la mañana, finalmente se trasladó a los pacientes, pero en un helicóptero de la empresa Módena y otro de la Policía Federal.

Dos de los pibes fueron llevados al Hospital El Cruce-Néstor Kirchner. Significativamente, este nosocomio es uno de los que la Gestión Vidal tuvo en la mira, ya que –entre otras cosas- recortó alrededor de cuatrocientos millones de pesos de su presupuesto.

Como se ve, todo es coherente en la Era Cambiemos. Es que una de las particularidades del hospital de Florencio Varela,  es su capacidad para atender este tipo de emergencias, algo para lo que también se pensó al nuevo de Cañuelas.

Junto a los de Gregorio de Laferrere y Rafael Castillo, el de Cañuelas es uno de los nosocomios de Servicio de Atención Médica Integral para la Comunidad que Vidal puso en el freezer, tal como hizo con los hospitales del Bicentenario de Esteban Echeverría y Escobar.

Otro que debe incluirse en esta lista es el de Ituzaingó, que fue abierto pero a partir de la decisión –y recursos- que dispuso el Municipio.

 

¿Desidia?

 

Los casos citados, corresponden a hospitales cuyos edificios estaban casi listos para la inauguración cuando Vidal se convirtió en gobernadora y, de acuerdo a estimaciones moderadas, podrían realizar alrededor de 22.700 internaciones y 6.430 cirugías, pero también atender11.250 partos al año.

¿Pero será que todo esto es atribuible a la desidia? Sólo si se comprende la mirada de clase del Gobierno Cambiemos, se puede entender por qué esos hospitales siguen cerrados en momentos en los que se incrementa drásticamente la cantidad de pacientes en el sistema público universal y gratuito de salud, como consecuencia del incremento del desempleo y el precariado que deja a miles de trabajadores sin obra social.

Y es también desde esa perspectiva, que el ajuste de la Gestión Vidal hizo que los trabajadores de la Salud perdieran alrededor de cuarenta puntos respecto a la inflación.

Pero esto no es todo. Desde gremios del sector denuncian que la producción del Instituto Biológico Tomás Perón fue ajustada un veinte por ciento, algo que afectó –sobre todo- a la producción de vacunas BCG y antirrábica, así como medicamentos para la hipertensión, diabetes y antiinflamatorios no esteroideos.

De más está decir que este tipo de medicamentos y vacunas vienen escaseando en centros de vacunación y hospitales provinciales. Y que –además- en las farmacias están cada vez más caros.

Estas son algunas de las consecuencias concretas que se esconden detrás de conceptos e ideas cuya naturalización tuvo mucho que ver en la posibilidad de que –como nunca antes- lo más concentrado de la clase capitalista se hiciera con el gobierno en Argentina.

Es que, detrás de palabras como modernización, externalización o gestión clínica, se esconden los medicamentos que adultos mayores ya no pueden comprar o el helicóptero que no está para llevar a una nena al hospital donde trabajadores de la salud van a luchar para salvarle la vida.

Porque, en criollo, esas palabras se traducen como desmantelamiento y destrucción del sistema universal, público y gratuito de Salud que gestiona el Estado.