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Jue, Abr
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Política
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FALLO CONTRA REPRESORES -  Dos represores beneficiados por una absolución y una pena irrisoria respectivamente, vieron revocados estos beneficios tras la apelación de los querellantes.

 “Si absuelven se inicia la bronca”, sentenció Iris Pereyra de Avellaneda, copresidenta de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (Ladh) para comentar la anulación que la Cámara de Casación Penal ordenara sobre dos absoluciones de represores de la última dictadura realizadas por el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín.

Quienes habían sido oportunamente beneficiados por ese dictamen son Eduardo Alfonso y Rafael López Fader, que oficiaron sus oscuras artes en Campo de Mayo y habían sido acusados de asesinatos en el marco de un proceso por crímenes de lesa humanidad. El primero de ellos, inclusive, había estado prófugo tras haber llegado a ser secretario general del Ejército Argentino ya en democracia.

La absolución les había sido concedida en noviembre del año pasado, por lo que López Fader había quedado en libertad inmediata. En tanto, Alfonso, que en sí no fue absuelto sino beneficiado por una pena de escasos años de cárcel, estuvo hasta que Casación revocara el fallo con posibilidades de quedar en libertad por haber cumplido su pena en calidad de prisión precentiva.

Por eso y tras la apelación de los querellantes y casi un año de trámites legales, el nuevo fallo consideró insuficiente la pena de Alfonso y errónea la absolución de López Fader. Esta decisión fue celebrada por las querellas, pero todavía no se puede aventurar cuándo se hará efectiva.

La copresidenta de la Ladh, por su parte, afirmó que el fallo en Casación la “pone contenta porque la mayoría de estos milicos ni tendría que estar en libertad”. “Tendrían que estar presos todos”, enfatizó y se quejó del sistema judicial: “todo está hecho en cuenta gotas”.

“Pueda ser que esto cambie un poco porque, la verdad, hace 42 años que estamos pidiendo justicia y la mayoría de los milicos siguen todavía sueltos”, expresó después.

Pereyra también consideró que en el marco de los juicios por crímenes de lesa humanidad “la defensa de estos milicos es terrible” porque “están defendiendo lo indefendible”. Recordó, en ese sentido, que el juicio que se sigue en La Plata por los crímenes de la dictadura en la sede de la Brigada San Justo de la policía bonaerense, “es una vergüenza porque los fiscales hacen alguna que otra pregunta, pero los que preguntan, porque saben que están defendiendo a la resaca más grande, se la juegan preguntando”. “Preguntaron cada estupidez…”, ilustró sobre los hechos que presencia como militante.

“Si nosotros bajamos los brazos y no vamos a los juicios, perdemos como en la guerra”, remarcó y sentenció: “si absuelven se inicia la bronca”. “Hay que estar en la calle pidiendo justicia”, expresó y recordó que entre los genocidas “más de uno se ha anotado ya la absolución”.

“Si llegara a haber una revuelta, los militantes que estuvimos presos vamos a caer primero”, aventuró y arriesgó: “vamos a desaparecer del mapa”. Por eso recalcó: “mientras podamos estar en la calle pidiendo justicia y que ningún milico más quede fuera de la ley, lo vamos a hacer”.