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Vie, Abr
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El paro que no fue, el conflicto que no cesa - Los gremios que habían previsto un paro total de transporte ferroviario para el martes, acordaron nueva pauta salarial y suspendieron la medida. Sin embargo, sigue la crisis ferroviaria en Argentina.

Un convenio firmado en abril con los cuatro grandes gremios ferroviarios argentinos, la Unión Ferroviaria (UF), la Fraternidad, la Asociación de Señaleros (AS) y la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos (Apdfa), obligaba a las empresas a una nueva paritaria en septiembre y a un aumento del quince por ciento, lo que no fue cumplido por la patronal.

Ante ello los gremios anunciaron una huelga para hoy martes, pero un día antes la levantaron, tras acordar con las empresas de un sector que, en función de su importancia estratégica, supo estar en manos del Estado.

Lo confirmó Sergio Sassia, secretario de la UF, quien afirmó que son todos los sindicatos los que aceptaron lo convenido, acuerdo que al cierre de esta edición aún no había cobrado trascendencia pública más allá de que se trata de una suba salarial del diez por ciento hasta noviembre, con cláusula de revisión prevista para el venidero 18 de diciembre.

Pese al acuerdo en lo referido a salarios, la crisis en el sector no cesa, independientemente de la acción o la inacción de las cúpulas gremiales. Esto se debe a que la red ferroviaria argentina tiene una importancia estratégica histórica en el país, lo cual no es ignorado por las bases gremiales, que profundizan el debate y en la medida de lo posible lo llevan a la luz pública para ampliar las miradas que la sociedad tiene o debe tener sobre los trenes argentinos.

Así lo expresó José Ferro, militante comunista y trabajador de la Línea Belgrano Norte, al considerar: “las condiciones de los ferrocarriles y el no rediseño de su red implican concentrarlos en el área metropolitana con un área de carga solamente en el corredor que permitiría el traspaso bioceánico en la zona norte del país, en concordancia con la extracción de litio y el saqueo de los recursos naturales”.

Repuso: “ese es el famoso Plan Belgrano del gobierno, apoyado netamente por las multinacionales y el ejército estadounidense con base en el norte del país”.

Sin manifestarse en contra del levantamiento de la medida de fuerza prevista para el martes, observó que el paro como acción sindical “nos conviene a todos los laburantes porque no estamos llegando a las condiciones de vida digna que deberían significar una canasta familiar acorde a la realidad socioeconómica del país”. Y afirmó que un paro “claramente es para poner un poco de presión ante la situación económica y a este gobierno”.

Por otro lado, afirmó que “las discusiones con respecto al servicio ferroviario y sus situaciones estructurales, que tienen más que ver con una política estratégica para el ferrocarril dentro de la sociedad argentina, se están dando en distintas instancias y en distintos gremios y ferrocarriles”.

Añadió: “los compañeros que damos esas luchas muchas veces no tenemos mucho eco y otra veces si, como cuando se presentó el famoso ‘tren bala’, que implicaba la venta de los terrenos que hoy se está cumpliendo porque este gobierno está vendiendo, entregando, a multinacionales y empresas”.

En ese sentido, recordó el rol de la todopoderosa familia Urquía, propietaria de aceitera General Deheza, diciendo: “los terrenos que se sacaron del ámbito ferroviario y se entregaron a la Universidad de San Martín hoy están siendo entregados a una familia de las tantas terratenientes que tenemos, de los oligopolios sojeros, que se están haciendo cargo de terrenos donados a una universidad en vez de generar beneficios a la sociedad argentina”.