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Jue, Abr
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 “La conducción burocrática y traidora de la CGT acepta sumisa el bono bajo el cuento de no afectar la ‘gobernabilidad’ y posterga el paro de 36 horas”, recalca la Conat y hoy se moviliza contra el presupuesto 2019.

Por medio de una declaración en la que exige paritarias sin topes, aumento de emergencia -acorde al costo de vida- para todos los trabajadores activos, jubilados y pensionados, la Corriente Nacional Agustín Tosco (Conat), rechazó el bono de fin de año de hasta cinco mil pesos que dispuso el ejecutivo.

“Repudiamos ese miserable aumento y convocamos a todos los militantes a estar organizadamente en la lucha y en la calle”, resalta la Conat y “en ese camino de profundización de la conflictividad social desde cada lugar”, convoca a participar de la movilización resuelta por las CTA para hoy para repudiar el Proyecto de Presupuesto que, al cierre de esta edición, se trata en el Senado.

La marcha se lleva a cabo entre la avenida 9 de Julio y el Congreso, y en ella la Conat participa junto a otras organizaciones sindicales, sociales y estudiantiles “decididas a llevar adelante la unidad en la acción, marchando hacia la construcción de un verdadero Centro Coordinador que pueda hacer factible la derrota final de este gobierno vendepatria y explotador”.

El bono que la Conat califica como “una burla  del gobierno convalidado por la CGT”, es impulsado por un decreto que firmó ayer Mauricio Macri y establece que se pague -en dos tramos- una compensación de hasta cinco mil pesos para trabajadores del sector privado.

Pese a esto, el texto deja abierta la posibilidad de que se efectivice en más cuotas y a cuenta de la paritaria, lo que terminaría de licuar una suma no remunerativa que -a priori- ya es absolutamente insuficiente en un contexto en el que la caída del salario promedio de los trabajadores registrados, va a ser este año la más alta desde 2002.

Pero esto no es lo peor. El bono no tiene en cuenta a los jubilados y pensionados, cuyos ingresos cerrarán 2018 con una capacidad de compra 25 por ciento inferior al que tenían antes de la reforma previsional.

Y otra más. Los trabajadores que no pagan Ganancias, pero que con el bono superen el mínimo no imponible, tendrán que tributar por la diferencia, lo que implica que –en el bolsillo- ni siquiera recibirán los cinco billetes de mil. Esto porque el decreto lo considera no remunerativo desde lo previsional, pero nada dice respecto al aspecto impositivo.

Además, tal como salió el decreto, quedan afuera del bono  la mayoría de los trabajadores estatales y aquellos que deben desempeñarse en condiciones de informalidad, que representan más del cuarenta por ciento del universo del trabajo. Otros que no lo cobrarán son los trabajadores rurales y de casas particulares.

Asimismo, en el caso de los que hayan abierto paritarias, la suma va a quedar absorbida por la recomposición que surja del acuerdo. Y, aunque desde la cartera que preside Carolina Stanley se anticipó que habrá novedades, para quienes acceden a la Asignación Universal por Hijo y otros programas sociales, todavía reina la incertidumbre.

Donde no queda incertidumbre es en el sector Pyme que advierte que más del sesenta por ciento no va a poder pagar el bono.

Es que la situación que atraviesa el sector no es la mejor. La indiscriminada apertura de importaciones y la recesión afectan a todos los rubros, y en el industrial llevan a que –en promedio- sólo esté funcionando el 61 por ciento de la capacidad instalada. Entre los sectores más afectados está la cadena textil, la del calzado y de las manufacturas del cuero, pero también la metalúrgica y autopartista.

Al hacer pública su disconformidad con el decreto, Apyme dijo que la medida nunca fue consultada con las entidades del sector y señaló que “perjudica a las empresas de menor tamaño y resulta irrelevante para revertir la caída del poder adquisitivo en el mercado interno”.

Y añadió que las Pymes deberán afrontar estos pagos en una situación de emergencia agravada por el momento del año, cuando deben pagarse medio aguinaldo y vacaciones.

Tras lo que destacó que una medida así debería aplicarse “de acuerdo con una adecuada segmentación y con apoyo financiero a tasa cero u otras medidas efectivas de apoyo para poder hacerse cargo del pago extra”.

Es que en el sector Pyme alertan que ya están sobreendeudados y que muchos deberán volver a endeudarse para pagar el bono. Todo en un contexto en el que, a caballo de la timba financiera que ahora tiene su nuevo capítulo con el estrellato de las Leliq, el costo financiero del sector ronda el ochenta por ciento.

 

Cosas de la realidad

 

“La realidad ratifica, a diario, que el gobierno macrista no se equivoca en los planes hambreadores que aplica”, señala la Conat y recalca que “ha venido para eso, para enriquecer aún más a los más ricos y a través de espúreas transferencias de ingresos”.

Así como para “volver más pobres a los pobres que son millones, golpear duramente a trabajadores activos y jubilados, terminar con la organización sindical por rama de producción, incrementar la desocupación, imponer la flexibilización laboral y la tercerización, terminar con la discusión paritaria por gremios y desconocer derechos”.

Y, asimismo, para “desfinanciar el sistema estatal previsional de reparto, liquidar el sistema de salud pública y la educación gratuita y afectar aún más a los sectores de nuestro pueblo más desguarnecidos”, esto es “aplicación sumisa y obediente de los planes impuestos por el FMI”.

Mientras tanto, destaca la Conat, “la ocupación sigue en picada hacia abajo y el número de trabajadores registrados muestra disminuciones tal como lo indican las propias estadísticas oficiales”.

Todo esto en un contexto de caída en el nivel de actividad por lo que “resulta sintomático que todas las modalidades ocupacionales se hayan reducido, en tanto sigue creciendo la cantidad de desocupados totales”.

También advierte que el salario real promedio de los trabajadores registrados del sector privado continúa en caída, en tanto crecen los precios de los alimentos y medicamentos y la tarifa de los servicios públicos.

“Para los próximos meses sólo cabe esperar una reducción mayor, como resultado de la aceleración inflacionaria y el techo impuesto a las paritarias” alerta la Conat, tras lo que añade que esto también sucederá, porque el gobierno busca deliberadamente reducir la masa salarial “como uno de las principales formas de ajuste fiscal comprometidas ante el FMI”.

Así, “frente a esta dramática situación y con el objeto de tratar de frenar artificialmente la presión y las luchas que vienen desde abajo, el gobierno le impuso a la Dirección de la CGT la obligación de aceptar un aumento miserable, que no se integra al sueldo y se pagará en dos cuotas, lo cual tampoco está asegurado”.

Por lo que añade que, “si algo le faltaba mostrar a la conducción burocrática y traidora de la CGT, es la aceptación sumisa de esta burla bajo el cuento de no afectar la ‘gobernabilidad’ macrista, mientras posterga el paro de 36 horas que se programaba para el mes en curso”.