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Mar, Abr
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Desde la Gestión Vidal intentan ponerle optimismo a 2019, pero datos provenientes de diferentes fuentes la desmienten. “La construcción desde la mentira es estrategia del gobierno”, recalcó Cristian Poli, titular de la CTA Ribera del Paraná y referente de la Conat.

 “No tenemos la catarata de desempleo que muchos presagiaban”, celebró el ministro de Trabajo bonaerense, Marcelo Villegas y, en función pitonisa, vaticinó que “vamos a estar con un nivel estable de empleo los próximos seis o siete meses”, tras lo que anticipó que el mercado laboral va a comenzar a recuperarse hacia mediados de 2019.

Villegas también elogió al sector empresario, por su “gran esfuerzo y gran responsabilidad en el mantenimiento del empleo”.

Pero el ministro fue más allá, cuando relativizó el aumento del desempleo en el corredor que va desde Del Viso a San Nicolás, donde tienen sus plantas muchas alimenticias, automotrices, químicas y el complejo siderúrgico que operan en el país.

“La construcción desde la mentira es una constante estrategia de los gobiernos Nacional y Provincial”, recalcó al respecto Cristian Poli, titular de la CTA Ribera del Paraná y referente de la Conat, quien recordó  que en el corredor que va de Escobar a San Pedro, “sufrimos más de siete mil despidos que afectaron fundamentalmente a la industria química, a la de la construcción, la del cuero, la metalúrgica y la papelera”.

Y fue claro cuando indicó que, hasta 2014, “la desocupación en la zona industrial de Zárate-Campana era bastante menor al cinco por ciento y ahora llega a casi el 16 por ciento”, a lo que se suma “cantidad de despidos que sigue habiendo en diferentes empresas”.

Este panorama es terrible, pero es peor aún cuando se advierte la forma en que presiona sobre el trabajo formal, los convenios y el salario. “Esto actúa fuerte como un chantaje para los trabajadores, fundamentalmente para el sector registrado al que afecta, incluso, en términos de merma en las condiciones laborales”, lamentó Poli y añadió que “en varios aspectos la flexibilización laboral se va constituyendo de hecho” porque, además, las delegaciones de la cartera laboral “suelen ser un apéndice de las empresas, principalmente de las multinacionales”.

Pero recalcó que “hay un fuerte movimiento obrero organizado, articulándose en la región, que nos oponemos fuertemente a esta política de destrucción del empleo y ampliación de la desocupación y baja salarial”.

Tras lo que destacó que, merced a esto, “se obtuvieron muchos resultados, incluso, se pudo frenar situaciones de despido que pudieron ser muchísimo peores e –incluso- contribuimos a que el gobierno tuviera que avanzar en la firma del convenio para la quinta central nuclear en Lima”.

Esta articulación que -con la CTA como protagonista- se construyó en la región Zárate-Campana, se prepara para enfrentar un Proyecto de Presupuesto provincial que es un correlato del Nacional y su ajuste.

“Desde la CTA Ribera del Paraná, como en el resto de las  regionales, vamos a entrevistarnos con legisladores provinciales y concejales, para plantearles nuestra firme oposición al Presupuesto que trae más ajuste en términos de empleo, seguridad social, educación y trabajo”.

Y, en este sentido, “desde la Multisectorial Zárate-Campana, tenemos una política similar y denunciamos a quienes se presten a facilitar que este Presupuesto salga, porque no hay ningún argumento válido para hacerlo” ya que, “votarlo es votar más hambre, desocupación y privatización de la educación y la salud”.

 

Cifras contundentes

 

Pero lo cierto es que desde que asumió como gobernadora, en consonancia con el ejecutivo nacional, María Eugenia Vidal, le apuntó a la línea de flotación al universo del trabajo.

A menos de tres meses de jurar, eludió a la Legislatura para firmar el decreto 230/16 que delega en sus ministros “el ejercicio de una serie de facultades atribuidas a la Gobernadora”, entre ellas, la de “disponer los ceses de personal”.

La cacería desatada en el ámbito estatal, que tiene un capítulo excluyente en la actitud de la Gestión Vidal con los trabajadores de la educación, fue una clara señal para el privado que tuvo carta blanca para despedir, flexibilizar y ajustar.

De ahí que nadie pueda sorprenderse cuando la realidad desmiente el optimismo del ministro Villegas.

El telón de fondo que tienen sus dichos es más que elocuente: trabajadores metalúrgicos de Siam se movilizan hacia la sede de Trabajo -en Avellaneda- para exigir que el gobierno garantice que, al menos, la patronal reincorpore a los cesanteados, tal como lo instruye la conciliación obligatoria.

Los operarios acampan ante la planta ubicada en esa localidad bonaerense, desde que Siam despidió a la última tanda de veinte personas. La situación es angustiante: en diciembre de 2015 en la fábrica trabajaban quinientos operarios, ahora quedan sólo sesenta.

También en Avellaneda, a menos de diez cuadras de Siam, los trabajadores Gaelle resisten en un acampe para evitar el vaciamiento de la fábrica, después de que la patronal cerrara las puertas dejando a 350 personas en la calle.

Pero lo de Siam y Gaelle es sólo un índice de una situación terrible que se extiende por la Provincia donde, además de Avellaneda, durante las últimas semanas se perpetraron despidos, suspensiones y cierres de fábricas y comercios en Lanús, Quilmes, Lomas de Zamora, Luján y Pilar, pero también en el interior donde hubo casos en Tandil, Chivilcoy, Mar del Plata, Tres Arroyos y Junín, entre otros.

Otro acampe se mantiene, en este caso el que protagonizan en la localidad lomense de Llavallol los obreros de Canale. Y, esta semana el juzgado Comercial que interviene, falló a favor de los trabajadores y les otorgó la custodia de la planta. Una buena, pero sigue la lucha.

Menos suerte tuvieron los obreros de Matalsur que despidió al personal de su planta en Quilmes y, encima, pretende pagar sólo la mitad del monto indemnizatorio.

Por su parte, en Junín 33 trabajadores fueron despedidos en la fábrica de plásticos Induspol Aislaciones que –además- anunció que cerrará sus persianas, al tiempo que una cifra parecida quedó en la calle como consecuencia del cierre de la fábrica de fideos Junín Don Antonio.

Dos empresas tradicionales de esta localidad, que no pudieron resistir la presión que implica el tarifazo y la contracción del mercado interno.

Mientras tanto, en Tandil, Renault confirmó el cierre y desguace de la metalúrgica que posee en esta localidad que, por lo tanto, deja en la calle a cien operarios. Y, en Chivilcoy, el cierre de la empresa de calzado Paquetá amenaza con el despido de alrededor de seiscientos operarios.

Por su lado, en Mar del Plata, los empleados de maestranza de casinos, se declararon en estado de alerta de cara a la posible baja de contratos que pone en zona de riesgo a trescientos trabajadores.

En tanto que la cerealealera 3 Arroyos, pidió concurso preventivo por lo que podría despedir a trescientos operarios de sus fábricas de Tres Arroyos y Pilar.

Asimismo, en Transradio, en el partido de Esteban Echeverría, la empresa Extreme Gear -licenciataria de Adidas- echó a sus últimos 35 trabajadores y bajó las persianas de la planta donde hasta hace poco fabricaba zapatillas.

Y el comercio tampoco se salva. Días atrás, cerró la sucursal que la cadena de electrodomésticos Musimundo poseía en Luján, con un saldo de quince vendedores que quedaron sin trabajo.

Un relevamiento que realizó la consultora Analogías sobre datos del Indec, da cuenta de que la provincia de Buenos Aires registró su marca más alta de desocupación desde que Vidal es gobernadora, con  un 55 por ciento más que en junio de 2015.

En este marco, el desempleo se consolida por sobre los dos dígitos. Del 10,7 de junio de 2017 a 11,8 doce meses más tarde, pero en el conurbano bonaerense se eleva a 12,4 por ciento.

“Las suspensiones son una potestad de la empresa”, destacó ayer Dante Sica, ministro a cargo de la degradada Secretaría de Trabajo, al referirse a las 376 suspensiones perpetradas ese mismo día por Aerolíneas Argentinas.

Los dichos reflejan algo que para el Gobierno Cambiemos es doctrina. Por eso nadie puede sorprenderse con que, pese al optimismo que intenta exhibir el gabinete de Vidal, el panorama de despidos y suspensiones siga profundizándose.

Así lo revela un trabajo dado a conocer –recientemente- por el Centro de Economía Política Argentina (Cepa), que indica que en septiembre y octubre 20.872 trabajadores fueron despedidos, lo que da un promedio de seis mil por mes, desde que comenzó 2018.

¿Pero qué va a pasar durante 2019? Si usted tenía expectativas positivas, lamentamos destruirlas.

Un relevamiento confeccionado por la firma Adecco Argentina –que se dedica a la contratación de personal- es contundente cuando dice que sólo tres de cada diez compañías consultadas, va a incorporar personal durante el año que viene. Demasiado poco como para contener la catarata que el ministro Villegas, pretende ocultar detrás de una frase.