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Mar, Abr
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Varias instituciones del fútbol argentino han prestado sus instalaciones al servicio del estado como centros de atención en caso de colapso de centros de salud para casos de coronavirus.

El fútbol en Argentina ha sido otra de las actividades afectadas por la propagación del Covid-19. La pelota parece haber dejado de rodar temporalmente, pero lo que no dejó de estar en movimiento fueron las determinaciones veloces que tomaron varios clubes al brindar sus instalaciones para atender infectados por virus.

El pionero de la iniciativa fue Rosario Central, al cual le siguieron Newell's, San Lorenzo, Racing, River, Lanús y Banfield, entre otros, los ofrecieron su predios e instalaciones.

Además, muchos de ellos han puesto sus equipos médicos al servicio del Ministerio de Salud de la nación. Asimismo, se transformaron en un pequeño sostén y respiro del sistema universal de salud, que viene de cuatro años de estancamiento y vaciamiento para que el mismo no colapse. Una vez más, terminaron siendo un herramienta de la sociedad civil en benefició de la misma y no del mercado.

Atrás quedaron las divisiones, los conflictos y las críticas que inundaron al fútbol argentino durante la última semana de acción, donde en el foco estuvo River y su determinación de no presentarse a jugar antes que se defina todo en el tribunal de la Superliga y la AFA. A esto se le agrega, la posición Futbolistas Argentinos Agremiados que también decidió preservar la salud de los protagonistas.

Hoy el deporte nacional se encuentra en pausa con el foco puesto en la concientización y la prevención en medio de la pandemia de Coronavirus.

 

¿Otro golpe a la mercantilización del futbol?

 

Uno de conflictos anteriores a que estallará la situación pandémica, era el retorno de la organización del torneo Argentino a la AFA y la cancelación de la Superliga. Jorge Amor Ameal, presidente de Boca y Marcelo Tinelli, de San Lorenzo son los que encabezan la lista de varios clubes que ya no quieren que el futbol argentino se rija bajo las normas de este ente organizador que se creó para “mejorar el producto”.

Lejos de ser lo que se le prometió a los clubes, donde uno de los objetivos era hacer un producto televisivo superador para venderlo a más países y así aumentar sus ganancias, la Superliga pareciera tener fecha de vencimiento.

A su vez, Ameal está jugando un papel central. El mandatario xeneize persigue dos objetivos desde su asunción: acercarse a la casa madre y desplazar a su antecesor, Daniel Angelici, del puesto de vicepresidente primero de AFA, ya que es un cargo personal y no de las instituciones. "No te puede representar alguien que ya no pertenece al club. No hay dudas de lo que yo haría en su lugar”, apuntó.
De esta manera, Ameal se alineó con el predisente de la AFA Claudio Tapia, más allá del poco tiempo en Boca, y busca políticas comunes para regresar al fútbol de la primera división a la calle Viamonte.
Además, siempre se manifestó en contra de las sociedades anónimas deportivas en Argentina, un hecho que casi se concreta por las presiones ejercidas durante el gobierno de Mauricio Macri y con Angelici como principal operador durante la intervención de la AFA entre 2016 y 2017.

Justamente, la Superliga que se creó en 2017, terminó siendo una consecuencia del clima de época donde el mercado intentó ir por el dominio total del futbol argentino y el rol que juegan las sociedades civiles.