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Mar, Abr
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El responsable Universitario de la FJC, Ernesto García dialogó con NP sobre las brigadas universitarias de las que La Fede forma parte y sobre los desafíos que tiene el movimiento estudiantil en este contexto de emergencia y aislamiento social.

La pandemia del coronavirus profundizó las desigualdades sociales, y la universidad no estuvo al margen. Aumentó la expulsión estudiantil que ya venía en esa sintonía producto de cuatro años de políticas neoliberales que el macrismo aplicó en las universidades, con una Federación Universitaria Argentina (FUA) dirigida por la Franja Morada, que como representación de la derecha, sigue poniendo palos en la rueda a la organización estudiantil.
Sin embargo, los jóvenes comunistas siguen apostando a la unidad, a la organización popular y a la solidaridad. Por eso mismo la Fede y el Movmiento Universitario de Izquierda, desde que empezó la cuarentena obligatoria (MUI) forman parte de las Brigadas Universitarias “Cecilia Grierson”, que consisten en brindar ayuda a los sectores más vulnerados por el aislamiento social por parte de los estudiantes universitarios, mediante contacto telefónico con personas mayores, ollas populares, y relevamientos por barrios, articulada con el Ministerio de Salud de la provincia y los diversos municipios.
“En este contexto la tarea central del movimiento estudiantil debía ser activando con solidaridad y con trabajo junto a esos sectores que más iban a ser afectados por la pandemia, por eso formamos parte”, destacó Ernesto García, responsable universitario de la FJC y responsable provincial del MUI.
En este sentido, puso en valor “el rol histórico del movimiento estudiantil en la lucha social general, no solo en la universidad”, por lo que recordó el Cordobazo como un hecho que se dio una dinámica similar, y dejó en claro que “esa solidaridad que transciende la universidad es la queremos rescatar los comunistas”.
A su vez, no dudó en afirmar que “aún el estado más eficiente o que toma las mejores decisiones políticas, es completamente ineficaz sin organización popular para llevarlas adelante”.
En esta línea, García remarcó que “la idea de una salida organizada de la cuarentena, es decir, como va a poder volver a trabajar los que no lo estaban haciendo, como cuidar zonas vulnerables, como atender a la población que no pude trabajar y debe quedarse en su casa, solo se logra con organización popular”.
En esta sintonía, aseguró que “la articulación con el estado se vio en los programas de promotores de Desarrollo Social, y del Ministerio de Géneros y diversidades, para hacer esa llegada territorial que los ministerios no tienen”.
Por otra parte, las universidades han adoptado la modalidad virtual para continuar con las clases por la pandemia. Ante esta situación, el responsable universitario de la FJC repasó los logros del movimiento estudiantil en algunas universidades, donde se logró garantizar el acceso a conectividad como computadores wifi, datos, y becas de conectividad.
“Pedimos al Ministerio la liberación de datos por parte de las empresas de telefonía, pero solo en algunas provincias no se pudo llevar a cabo”, señaló García.
Sin embargo, advirtió que “la discusión más difícil es como pensar las instancias evaluativas y las condiciones de retorno a la presencialidad”. Tras lo que agregó que “esto dependerá de las características de cada universidad”. “Para los comunistas esto debe pensarse bajo un comité de crisis en los lugares de trabajo y estudio”.
Otro de los problemas que la pandemia agravó es el de la expulsión estudiantil que fue moneda corriente con el macrismo. “Le llamamos expulsión porque es el mismo sistema que te expulsa por tus condiciones socioeconómicas, una lógica meritocratica construida para una elitización de la educación “, explicó Garcia, por lo que remarcó que “esta problemática la pandemia la puso más en evidencia”.
Asimismo, reflexionó en que el sistema universitario argentino está “diversificado en el mal y en el buen sentido de la palabra, eso quiere decir que todavía cuesta hablar de derechos generales para todas la universidades”.
Esto se traduce también en cómo se entiende la autonomía de las universidades. Según el responsable universitario de la FJC “la autonomía también se entiende en el buen sentido y en el mal sentido de que cada universidad puede hace lo que quiere con relaciones de trabajo, becas y de garantizar el derecho a la educación”.
Así las cosas, García contó que “en la UNLP se lograron becas de computadoras para todos lo que necesiten y aun así alrededor del 80 por ciento está realizando las cursadas virtuales”. En esta sintonía, advirtió que “en las universidades que no hay becas, no hay datos, etc. muchos estudiantes quedaron a la deriva”.

La FUA, una conquista pendiente

Este año se iba a producir el congreso de la FUA, pero por el marco de aislamiento social obligatorio quedó suspendido hasta nuevo aviso. Vale mencionar que el mandato de la Franja Morada termino hace dos semanas, y en ese ínterin hubo una reunión que se hizo con el Ministerio de Educación de la Nación, en la que “la franja” no estuvo.
En este sentido, García recalcó que “la franja está corriendo con el presupuesto al gobierno lo cual es cierto, pero lo planean de manera desestabilizadora porque no explican para nada a donde va ir destinado”.
En cambio, García fue contundente cuando dijo que “esa plata debe ir a fortalecer la base de la enseñanza del estudiante y del docente, porque con la virtualidad, la universidad está en la casa o pensión de cada estudiante y docente”. A su vez, criticó a la presidencia de la FUA en base a que “en los cuatro años de macrismo, donde cada año el presupuesto era peor que el anterior, nunca se los vio”.
Vale mencionar que la presidenta de la FUA, Josefina Mendoza, fue como candidata a diputada de Cambiemos por la provincia de Buenos Aires. Por eso mismo, García dejó en claro que “nunca defendieron la educación pública y la autonomía que tanto pregonan nunca la defendieron durante el macrismo cuando incontables veces la policía ingresó a las universidades”.
“Estos sectores se agarran de cualquier elemento para desgastar al gobierno y a sus políticas sin darle un solución o una organización a los estudiantes que es lo que deberían estar haciendo”, sostuvo el dirigente comunista.
Tras lo que reflexionó que a lo hora de unificar reclamos “hay un problema histórico estructural por falta de democracia del gremio y por la propia dispersión que todavía existe en el movimiento estudiantil”.
En este sentido, no dudó en afirmar que “las fuerzas populares debemos hacer visualizar los manejos hostiles de la Franja Morada de la FUA, para intentar recuperar centros de estudiantes y en algún momento recuperar la FUA”.
Para finalizar, fue claro cuando dijo que “una conducción de un espacio que sea del Frente de Todos, por más limitada que sea, sería mucho más provechoso par el momento estudiantil de lo que ese esta conducción”.