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Mié, Abr
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Política
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Antonella Bianco y Laura Leonardi reflexionaron sobre lo que dejó la mitad inicial del ciclo lectivo en medio de la pandemia.

La educación no está exenta a las restricciones que impone la pandemia del Covid-19. A raíz de esto, sobre todo en el Amba, el proceso educativo se lleva a cabo de manera virtual, algo que tomó por sorpresa a los docentes, alumnos y sus familias, así como a las autoridades y el resto de los actores que componen la comunidad educativa.
Pero asimismo, la virtualidad generó una gran brecha entre los que pueden acceder fluidamente a este recurso y los que no pudieron hacerlo por la falta de conectividad y elementos tecnológicos producto de la desigualdad sistémica.
Otro punto a tener en cuenta es la extensión de la jornada laboral docente que impone la modalidad virtual, considerando que la falta de conectividad en alunas zonas de del Amba es importante, ya que muchos chicos sólo tienen la posibilidad de usar el aparato celular de los padres para poder estudiar.
Esto significa, que el papel de los docentes y de las familias se volvió todavía más fundamental que antes. Y esto es así porque al tiempo que se esfuerzan para que los chicos no pierdan el vínculo pedagógico, los maestros son protagonistas centrales en el esquema de asistencia que garantiza que muchas familias puedan acceder a la alimentación en el marco de la crisis que arrastraba Argentina y que la pandemia profundizó.
En este contexto, se complejizó la lucha por la recomposición salarial y aparecen algunos datos preocupantes como la falta de cumplimiento por parte del Gobierno de la Ciudad, en lo inherente a garantizar la conectividad y entrega de elementos tecnológicos para que los sectores de más postergados puedan acceder a las clases no presenciales.
Por el lado de la Provincia, si bien el panorama sigue siendo complicado por las propias dinámicas de la pandemia, en varios municipios se aplicaron medidas para achicar la brecha de desigualdad en la educación, como dispositivos tecnológicos y mayor conectividad.

Virtualidad

“La falta de conectividad por wifi ha sido un problema que causa muchas dificultades tanto en las familias como en los propios docentes”, recalcó la consejera escolar de Quilmes e integrante de La Violeta, Laura Leonardi.
Tras lo que destacó que “los compañeros han buscado muchas maneras para contactarse con los alumnos y, al no haber horario para las conexiones, la jornada se estiró muchísimo más” y añadió que este tipo de problemas se da más en la educación primaria que en la secundaria.
Por otro lado, otra integrante de La Violeta, Antonella Bianco, quien también es miembro de UTE-Ctera, reconoció que “no estábamos preparados para la virtualidad”, pero resaltó “la capacidad de los docentes y las familias de poder llevar esta virtualidad y mantener el vínculo pedagógico”.
Al respecto, sostuvo que la pandemia “puso en evidencia desigualdades sistémicas, que tienen que ver con las condiciones materiales de los trabajadores y las familias” tras lo que no dudó en afirmar que en este contexto, los docentes demostraron “gran compromiso como trabajadores de la educación”.
También Laura Leonardi destacó ese compromiso que, entre otras cosas, permitió que “donde no hubo internet se llegara con el cuadernillo y el bolsón de alimentos”.
En esta sintonía, Antonella Bianco reflexionó que esta experiencia “nos lleva a pensar qué escuela queremos y qué escuela tenemos ¿queremos que sea transformadora emancipadora?” Y, sin dudarlo aseveró que “se volvió a demostrar lo fundamental que es la escuela como parte principal de la sociedad”.