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Jue, Abr
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Tire y afloje entre la cúpula policial y el ejecutivo provincial por el caso de los cuatro imputados por el ataque perpetrado contra una familia de la comunidad quom.

“Es un hecho al que nos tiene acostumbrados la Policía de Chaco, más con las comunidades Qom”, lamentó el dirigente del PC de esa provincia, Raúl Toto Galván, después de que la cúpula policial chaqueña presentara su renuncia en rechazo a la decisión de la gobernación de sostener la suspensión de los cuatro agentes imputados por atacar un grupo de jóvenes qom, en la localidad de Fontana.
A principios de mes, por pedido de los fiscales subrogantes Sergio Cáceres Olivera y Lilian Irala, se ordenó la prisión preventiva del oficial subayudante Cristian Eduardo Foschiatti, el sargento Cristian Omar Benítez, el cabo Cristian Ariel Flores y el agente Orlando Sergio Cabrera.
Aunque fueron dejados en libertad un mes después, todos fueron imputados por los delitos de privación ilegítima de la libertad, vejaciones agravadas, allanamiento ilegal y apremios contra los de la familia Fernández-Saravia, hechos perpetrados el 31 de mayo.
Pese a esto, continuó la suspensión de estos individuos en la Policía provincial, algo que fue ratificado con el rechazo, por parte de la Secretaría de Derechos Humanos, de la reincorporación de los cuatro imputados al cuerpo.
“El gobernador Capitanich mostró debilidad ante la presión de la derecha y las cúpulas policiales”, sostuvo Galván y recordó que, “primero habló con los jefes de la Policía y acordaron separar a quienes habían cometido el delito, pero esto tenía que ver con un traslado de zona de los uniformados para evitar que fueran separados efectivamente de la fuerza”.
Asimismo, sostuvo que la Secretaría de Derechos Humanos “hizo mucha presión”, por lo que Jorge Capitanich “vuelve para atrás y allí le renuncia la cúpula policial, pero horas más tarde termina cediendo y volvió a cambiarlos de dependencia”.
Con este telón de fondo, Galván advirtió que es peligrosa la actitud del ejecutivo provincial, ya que “parece que no se puede avanzar en nada, porque la derecha pega un grito y entonces retrocede”.
Tras lo que recalcó que “hay espacios de defensa de los Derechos Humanos de sindicatos y organizaciones sociales en las que hay descontento por cómo se fue manejando la cuestión y también sobre el manejo de la pandemia”.
Vale recordar que pasaron dos semanas para que los policías que perpetraron el ataque fueran detenidos, algo que se hizo recién después de que se viralizaran las imágenes del hecho, que no dejan dudas sobre la gravedad de lo que ocurrió.
Pese a esto, en menos de un mes, el cambio de carátula de la causa, permitió que Foschiatti, Benítez, Ariel y Cabrera quedaran libres, pese a que las pruebas aportadas por la querella todavía no se habían incorporado al expediente.