Política
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Ante la segunda ola de coronavirus, el secretariado nacional del Partido Comunista llama  a fortalecer la organización social, construir espacios de poder popular, para la recomposición del tejido social con la puesta en marcha de mecanismos de asistencia y ayuda a los sectores más necesitados.

El 2021 inicia con la “segunda ola” de la pandemia de COVID-19, mientras comienzan a aplicarse las diversas vacunas para enfrentar al coronavirus. El saldo del 2020 es de más de 85 millones de casos y cerca de 2 millones de muertes en todo el mundo.

En Argentina, estamos cerca de 1.700.000 contagiados y llegando a las 44.000 muertes. Iniciamos el año con la buena noticia de la llegada de la primera tanda de 300 mil dosis de la vacuna Sputnik V, a la vez que asistimos a un clima de “relajamiento” de las medidas de cuidado y una feroz campaña articulada por las derechas a través de los grandes medios de comunicación buscando sabotear la campaña de vacunación.

Tras el inicio de la pandemia, cuando el gobierno actuó positivamente tomando las medidas sanitarias adecuadas para enfrentar la situación, se profundizaron los ataques desestabilizadores de las derechas que fueron provocando un desgaste en las medidas de cuidado. 

Estos ataques se centran hoy contra la Sputnik V, insistentemente llamada la “vacuna rusa” con la clara intención de degradarla, agitando el siempre vigente macartismo de las derechas vernáculas que se manifiesta también ante la posibilidad de la llegada de la vacuna de Sinopharm producida en China. Sería ingenuo no ver tras estas campañas los intereses de los grandes laboratorios internacionales que solo ven a la salud como un bien transable en el mercado. Lo sucedido con las 400 vacunas que perdieron la cadena de frio en Olavarría debe ser investigado a fondo ante la posibilidad que forme parte de estas acciones de sabotaje.

Los intentos de naturalización y deshumanización de los efectos de la pandemia y desprecio por las medidas sanitarias están a la orden del día. Se sigue desarrollando, como manifestamos en nuestra declaración del 31/3/2020, la disputa del pueblo y sus organizaciones contra el poder real, en un escenario potenciado por la pandemia.

Decíamos en esa declaración: “El coronavirus ha actuado como una suerte de catalizador de la crisis capitalista mundial…Están quedando al desnudo los verdaderos efectos de las políticas neoliberales, sociedades indefensas ante una amenaza de este tipo, sistemas de salud devastados, servicios sociales reducidos a su mínima expresión y la insolidaridad como norma en una economía dominada por las finanzas y la especulación.” Esto no ha hecho más que evidenciarse en el último año.

Ante esta situación, es indispensable recomponer un sistema de salud público, de calidad y acceso universal, profundizar las políticas de ayuda y asistencia estatales, apoyadas en la organización popular y promoviendo, por ejemplo, un gran movimiento en defensa de la salud pública teniendo en cuenta especialmente las condiciones de trabajo y salariales del personal sanitario.

Fortalecer la organización social, construir espacios de poder popular, evitar un tratamiento policial y represivo de la pandemia, resulta fundamental para la recomposición del tejido social que se manifiesta con la puesta en marcha de mecanismos de asistencia y ayuda a los sectores más necesitados.

Las derechas, insaciables en la defensa de sus prebendas, buscan fortalecer sus intereses de clase, manipular y disciplinar a la sociedad sin importarle los contagios ni las muertes.

Solo con solidaridad y organización popular, con políticas claras y contundentes por parte del Estado y con un gobierno que no ceda ante las presiones desestabilizadoras de todo tipo podremos superar esta compleja coyuntura y construir un futuro mejor desde nuestros pueblos.