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Sáb, Abr
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Zanella, Papelera Ledesma, Arcor y Cidal dejaron en la calle a trabajadores de las plantas que poseen en esa provincia.

“Estos son los últimos zarpazos sobre la clase obrera, para terminar de destruir la patria”, recalcó el secretario político del PC de San Luis, Juan Larrea, al referirse al despido de trabajadores de las plantas que las firmas Zanella, Papelera Ledesma, Arcor y Cidal poseen en esa provincia.

Vale  recordar que, a fines de octubre, quedaron en la calle 64 operarios de Cidal San Luis, la planta que producía bombitas Bombucha, globos Ronda y preservativos Exotic y Camaleón.

La empresa va a vender parte de la capacidad productiva instalada de la fábrica, para completar el cincuenta por ciento de las indemnizaciones propuestas a los despedidos, ya que la venta del stock acumulado en planta no alcanzó para cubrir los montos estipulados.

En este contexto la empresa alimenticia Arcor despidió a 42 trabajadores, entre ellos, empleados con más de veinte años de antigüedad.

“Encerraron a la bestia y recogieron el látigo, por el tiempo preciso que marcó la campaña electoral, para no retirarse arrastrándose”, ironizó Larrea, y añadió “concentraron sus fuerzas, dispersas por la imposición popular, para pararse y decir que representan algo más que una minoría, acariciando el sueño de la perpetuidad de la concentración capitalista”.

Tras lo que siguió: “ahora derrotados, soltaron la bestia y desplegaron el látigo, siempre sobre la clase obrera y para terminar de destruir a la Patria”.

Y, sin dudarlo definió que “esto es algo que tenían planeado y lo hicieron, los dueños de los medios de producción, devastaron la industria, que como fuente creadora de plusvalía, representa el motor de la producción capitalista”.

 

Tierra fértil

 

El dirigente PC de San Luis indicó que “en San Luis encontraron tierra fértil, porque la Promoción Industrial que viene desde 1983 atrajo a la provincia a grandes industrias que endulzadas por la quita de impuestos, explotaron durante más de treinta años a la clase trabajadora sanluiseña, despojada de todo medio de vida, excepto su fuerza de trabajo”.

Asimismo, señaló que “de nada valió el maquillaje popular del gobernador, Alberto Rodríguez Saá, que demagógicamente y también como promesa de campaña en 2017, prometió a su pueblo que cada fábrica radicada en la provincia, al cerrar, sería expropiada y entregada a los trabajadores”.

Y manifestó que, “en ese escenario interesado de acuerdos burgueses y procapitalistas, se despidió en Zanella a casi la mitad de sus trabajadores, con un arreglo fuera del Convenio Colectivo que redujo indemnizaciones y ofreció motos viejas como parte de pago”.

Igualmente sostuvo “así, cerró Cidal, cuyos trabajadores tuvieron que vender el stock acumulado y producido por ellos mismos para autoindemnizarse, también con porcentajes menores a los establecidos por ley, que además no alcanzaron y tuvieron que sacrificar capacidad productiva instalada, con la venta de máquinas, enterrando para siempre la posibilidad de recuperar la fuente laboral”.

El combo lo completan Arcor y Papelera Ledesma. “Arcor con más de cuarenta despedidos y en la papelera Ledesma donde setenta obreros quedaron afuera”.

Y, aunque aclaró que “ahora a todos les queda la vía judicial para pelear contra la zozobra que impone el capitalismo, a ninguno la confianza de haber ratificado en su cargo a un gobernador de pedigrí popular y nacional”.