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Seguidores de Donald Trump ingresaron violentamente al Capitolio en Washington D.C para que no se siga con el recuento de los votos y así evitar que Joe Biden se convierta en el presidente del país. EEUU no le escapa al anunciado rebrote fascista que se está viendo por todo el mundo, sumado a su profunda crisis económica y política. 

Cuestan creer que las imágenes que llegan  constantemente desde Estados Unidos no sean de una película hollywoodense. En la jornada donde el Congreso debía certificar la victoria del demócrata Joe Biden en los comicios de noviembre se convirtió en un día de caos y violencia en el que se tuvo que interrumpir el proceso que normalmente marca el final del ciclo electoral. 

Seguidores del presidente Donald Trump irrumpieron este miércoles en el Capitolio (la sede del Congreso estadounidense en Washington DC) mientras se llevaba a cabo el proceso de certificación de los votos de las elecciones del pasado 3 de noviembre.El Capitolio sólo había sido asaltado una vez anteriormente, en el lejano 1814. El asalto al edificio se prolongó durante horas y dejó cuatro víctimas mortales. 

Luego de un mitin masivo frente a la Casa Blanca en el que también participó Donald Trump, cientos de manifestantes marcharon hacia el Capitolio para denunciar lo que consideran un fraude electoral del que no hay pruebas y que ha sido rechazado por jueces en todas las instancias. 

Tras enfrentarse a la policía en las afueras del edificio, algunos lograron entrar en el recinto, lo que llevó a suspender las sesiones de los legisladores y bloquear los accesos a los salones del Senado y la Cámara de Representantes. 

Por su puesto Trump, quien luego medianamente repudio el hecho, anteriormente  sin dudarlo en su cuenta de twitter brindaba palabras de aliento. "Conozco su dolor. Sé que sufren", se le oye decir. "Pero se tienen que ir a casa ahora". "Debemos tener paz. Debemos tener ley y orden. Esto fue una elección fraudulenta, pero no podemos hacerles el juego. Tenemos que tener paz". 

Poco después de que la policía lograra recuperar el control del Capitolio, Trump compartió en un nuevo tuit un video en el que se dirigía a sus seguidores como "grandes patriotas" y abundaba una vez en su falsa teoría de que les elecciones le fueron robadas, lo que le valió que Twitter le bloqueara la cuenta por 12 horas. 

El Covid que llevó de una crisis económicas donde Estados Unidos pasó de tener la menor tasa de desempleo de los últimos 20 años, a la mayor tasa de desempleo de los últimos 80 año,s similar a la de la crisis de 1930.  

Asimismo, el fantasma del comunismo siempre es la excusa perfecta para los facistas seguidores de Trump, ya que sostienen que  además del supuesto fraude electoral, con el demócrata Joe Biden el país ira por las vías socialistas. Aunque el argumento suene burdo, no se aleja de la realidad donde a la menor medida proteccionista del estado se califique al gobierno de comunista. 

Aunque con la pandemia vimos a Trump proteccionista económicamente por los desastres que su propia política sanitaria y económica en este contexto de Covid, el ataque de los supremacistas blancos no desentona con las olas de violencia y rebelión que el país atravesó durante todo el 2020. 

Gran parte de la sociedad estadounidense explotó contra el racismo estructural perpetrado por décadas pero también contra el sistema social que ha mercantilizado todos los elementos necesarios básicos para vivir, ya que si hay algo que crece año tras año EEUU es la desigualad, y quienes más la sufren son los negros y las minorías étnicas. 

Sin embargo, los conflictos que se dieron durante el año abrieron distintos interrogantes y perspectivas de cara al futuro del país norteamericano, donde electoralmente, mas por voto castigo que merito político, Joe Biden fue el candidato más votado, pero aun así el descontento social persistente reclaman rever las estructuras políticas y sociales del país. 

En la alteración del orden establecido y un leve posible vuelco progresista de la política que deberá tomar Biden por quienes lo votaron, es  donde radica el temor y el rebrote fascista encarnado en los supremacistas blancos que generaron una jornada que quedará en la historia. 

El país que pregona la “democracia” y la “libertad” pero en la realidad efectúa imperialismo e injerencia en asuntos de otros países, dejó al desnudo su profunda crisis política donde se pudo generar un golpe de estado antes de que asumiera el gobierno entrante.