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Vie, Abr
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“Cualquier pretexto era bueno para meter comunistas presos”, recalcó Rubén Rodolfo Randazzo, al testimoniar durante la decimoséptima audiencia del juicio que se sustancia en Bahía Blanca. Su padre Salvador era militante del PC y, junto a su madre y su hermana, fueron secuestrados y desaparecidos por la última dictadura.

“Son 30 mil. Pido cárcel común a los genocidas”, dijo Rubén Rodolfo Randazzo, quien es familiar de víctimas secuestradas en la ciudad de Coronel Dorrego durante la última dictadura cívico militar, la semana pasada al brindar su testimonio durante la decimoséptima audiencia del Juicio Megacausa Zona V que se sustancia en Bahía Blanca.

“Militares encapuchados llegaron en un vehículo, se llevaron a mi papá, a mi mamá y mi hermana”, recordó durante su relato ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de esa ciudad del sur bonaerense y explicó que su padre era militante del Partido Comunista y que, poco antes de que fuera secuestrado, un militar de apellido Sierra lo había increpado para que dejara la militancia.

En esa circunstancia, Salvador Randazzo enfrentó a Sierra. “Mi papá le recriminó que estaba actuando fuera de la ley”, recordó su hijo Rubén y añadió que su padre “tenía un humor especial. Cuando lo interrogaron en la comisaría local sobre las supuestas armas que tenía escondidas, mi padre le dijo a Sierra: mi pensamiento es mi arma más valiosa. Acá tengo mis armas, en la cabeza”.

Después hizo hincapié en que “mi padre vivió perseguido, ha hecho turismo en todas las cárceles de la época”, porque “cualquier pretexto era bueno para meter comunistas presos”.

Y para finalizar su declaración testimonial, que hizo de manera presencial en el TOF de Bahía Blanca, Rubén fue claro al señalar que “en memoria de mi padre y mi madre. Son 30 mil. Pido cárcel común a los genocidas”.

Salvador Randazzo, su esposa Blanca Goycochea y la hija de ambos, Liliana Randazzo, fueron secuestrados por los integrantes de un operativo conjunto de las Fuerzas Armadas, en Coronel Dorrego.