Sidebar

[Offcanvas] Navegación superior

23
Mar, Abr
86 New Articles

DDHH
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Tiene dos condenas a perpetua porque perpetró crímenes de lesa humanidad y ahora vuelve a sentarse en el banquillo de los acusados en la Megacausa San Juan. Pese a esto disfruta de domiciliaria y quiere que lo dejen viajar hasta Zárate e ir al gimnasio. El extraño caso de Jorge Olivera.

Jorge Olivera purga dos condenas de prisión perpetua porque fue encontrado penalmente responsable de perpetrar crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cuando estaba destacado en la provincia de San Juan, pero pese a esto está alojado en su propia casa ya que goza de los beneficios de la prisión domiciliaria.

Pese a esto, este represor pidió a un tribunal que le permita salir de su vivienda para poder concurrir a las misas que da su hijo, el sacerdote Javier Olivera Ravasi, quien es capellán de la Capilla San Juan de Luz que pertenece a la Diócesis de Zárate-Campana, en la provincia de Buenos Aires.

Ante esto los jueces Daniel Doffo, Eliana Rattá y Carolina Pereira rechazaron la solicitud porque, tal como fijó el criterio del fiscal interviniente, Francisco Maldonado, el planteo que hizo Olivera no encuadra en ninguna norma legal ya que en sus actuales condiciones de detención, no se ve afectado “el derecho a la libertad de conciencia y religión y atención espiritual”.

Esta no es la primera vez que este represor solicita algo parecido, ya que con anterioridad pidió que lo dejaran salir para asistir a un gimnasio, lo que también le fue denegado por el Tribunal federal que, entre sus argumentos, recordó que Olivera fue protagonista junto con Gustavo De Marchi de una fuga del Hospital Militar Cosme Argerich, el 25 de julio de 2013, cuando acababa de ser condenado a perpetua en San Juan y estaba internado en ese nosocomio de la Ciudad de Buenos Aires.

Tras este hecho, Olivera permaneció prófugo durante cuatro años, hasta que a alguien se le ocurrido buscar en la casa de su esposa y (¡eureka!) ahí estaba. Entonces lo volvieron a llevar al Penal de Chimbas, ubicado en San Juan, donde permaneció durante pocos años hasta que le dieron el beneficio de la domiciliaria.

Actualmente este represor, vuelve a estar sentado en el banquillo de los acusados, en esta ocasión, para responder sobre la responsabilidad de los delitos de lesa humanidad que se le imputan en el contexto del Megajuicio que comienza esta semana y juzga a ex integrantes de las fuerzas de seguridad y al ex fiscal federal, Juan Carlos Yanello, acusado de ser partícipe de homicidio agravado, privación abusiva de la libertad, tormentos agravados, robo y violación cuando ejercía el cargo de primera instancia en la Justicia Federal.

Con todos estos antecedentes, desde el Partido Comunista de San Juan, se advirtió que en este tipo de casos la prisión domiciliaria “de hecho constituye una liberación encubierta”, tras lo que se hizo hincapié en que es preciso que se revoque este “beneficio extraordinario” en los casos de “criminales de lesa humanidad solo merecen cárcel común, perpetua y efectiva”.