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Jue, Abr
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Género
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Tuvo lugar ayer. “Hay una faceta del poder opresor que continúa como elemento estructural y naturalizado en la vida cotidiana y es la violencia patriarcal”, recalcó Solana López.

Ayer se llevó a cabo un ruidazo para protestar contra los femicidios y la violencia patriarcal que estuvo organizado –entre otros- por el colectivo Ni Una Menos, MuMalá y La Casa del Encuentro.
El femicidio de Cristina Iglesias y Ada, su hija, fue el detonante del ruidazo. Los datos de los últimos días son alarmantes. Desde que comenzó el aislamiento social se incrementaron en un sesenta por ciento los pedidos de ayuda a la Línea 144 de la provincia de Buenos Aires.
Al respecto, la responsable de Género del Partido Comunista, Solana López, se refirió a la forma en que “se cristaliza la matriz opresora en tiempos de pandemia”.
Después de recordar que la pandemia exige, entre otras medidas, la adopción de cuidados que implican aislamiento, elogió que el gobierno que preside Alberto Fernández, “tomó la medida responsable del aislamiento preventivo y obligatorio a pesar de que esta medida pueda ser un golpe fuerte para una Argentina destruida por la derecha”.
En este contexto, recalcó Solana López, “hay una faceta del poder opresor que continúa como elemento estructural y naturalizado en la vida cotidiana y es la violencia patriarcal que se expresa, como siempre, en todos los ámbitos de interacción humana y aumenta su riesgo en la convivencia bajo el sistema de aislamiento preventivo”.
Asimismo, sostuvo que “estos componentes son una bomba de tiempo que explota en situaciones de violencia y están fogoneados por la tensión que produce el hecho del encierro”, tras lo que recordó que “el propio discurso normativo del gobierno que intenta generar responsabilidad resuena en algunas subjetividades como discurso disciplinador y entonces en la esfera de lo privado ingresa y se potencia lo que las masculinidades hegemónicas desarrollan en lo público, el engranaje moralizante del sistema de status en la vida social “cumplir la ley y «hacerla cumplir” acrecentando la imagen proverbial del jefe de familia”.
De ahí que “ante la presencia de un enemigo invisible, como es el virus Covid-19, la materialización del contrincante y la guerra se desplaza a sujetxs supuestos de responsabilidad en el contagio y de violación a la norma, como así también al interior de los núcleos humanos convivientes ante quienes les es asignado históricamente el lugar”.

Vida cotidiana

Solana López hizo hincapié en que “esta suma de situaciones irruptivas en la vida cotidiana y desconocidas para nuestra experiencia, con un contexto de muertes que se contabilizan en el mundo día a día, dificulta las redes pre existentes, aísla a las personas que son víctimas de violencias”.
Además, destacó que “la participación de las organizaciones feministas, sociales y políticas en la construcción de nuevas redes que permitan visibilizar la situación se vuelve vital”.
Asimismo lo es “trabajar la desnaturalización de las violencias y circular toda la información necesaria para la intervención del Estado” y, aunque “la presencia de los ministerios, secretarías y direcciones con incumbencias en la temática es de gran ayuda, no está alcanzando”.
Por eso resaltó que resulta urgente “trabajar en nuevas redes comunitarias que sean sostén efectivo” tras lo que instó al ejecutivo a “hacer una campaña nacional de visibilización y lucha por la erradicación de las violencias de géneros que sea prioridad dentro de las políticas públicas e instrumente presupuesto y las herramientas necesarias para garantizar la vida de las mujeres y colectivos Lgtbiq+ que hoy están siendo vulneradas”.
Para finalizar señalando que frente a la pandemia “la humanidad se resiste a las estructuras históricas de dominación para liberarnos. Liberarnos de las fauces del virus, de la depredación capitalista, de la barbarie imperialista y del genocidio patriarcal”.