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Jue, Abr
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Género
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Organizaciones políticas junto la comunidad travesti-trans impulsan una nueva ley que pueda brindar al Estado herramientas para luchar contra los discursos de odio.

Recientemente en la Cámara de Senadores se presentó el proyecto de Ley Antidiscriminatoria Nacional, basado en un texto confeccionado por la Federación Argentina de Gays, Lesbianas y Trans (Falgbt), con el acompañamiento del senador por el Frente de Todos, Carlos Linares.

Esta iniciativa se presenta como una herramienta fundamental para colectivos históricamente vulnerados, en tanto propone la incorporación de pretextos discriminatorios no contemplados en la ley vigente que data de 1988, y que no está en línea con los recientes avances internacionales y nacionales en materia de legislación con perspectiva de géneros.

Esta iniciativa postula que se va a multar pecuniariamente a quienes cometan actos discriminatorios, quienes también deberán realizar acciones para reparar el daño colectivo y medidas tendientes a prevenir la realización o garantizar que no se repita el acto de discriminación.

Asimismo, prevé establecer estrategias que permitan capacitar a la ciudadanía y especialmente a funcionarios públicos en materia de igualdad, convivencia y no discriminación.

El proyecto fue presentado en coincidencia con el décimo aniversario de la sanción de la Ley de Identidad de Género que es la primera a nivel mundial que no patologiza las identidades trans y permite acceder al cambio registral por medio de un simple trámite administrativo, sin necesidad de acreditar pericias médicas, intervenciones quirúrgicas o tratamientos hormonales. Y reconoce el derecho a la salud integral. A diez años 12.655 personas pudieron acceder a este derecho y hoy tienen su DNI conforme a su identidad de género.

Al respecto, la integrante de la Corriente Nacional Lohana Berkin, Melina Mazzarotti, destacó la importancia de esta iniciativa y dejó en claro que “este nuevo proyecto debe servir para que se fomente el respeto a todas identidades y tratemos dignamente a las personas”. Y también  recalcó la importancia de la Ley de Identidad de Género que “permitió a las identidades tener un reconocimiento legal de autopercepción”, algo que definió como “un derecho humano”.

De todas maneras, advirtió que queda mucho por recorrer. “En los grandes medios de comunicación todavía vemos situaciones discriminatorias contra el colectivo travesti-trans, algo que se replica en la vida cotidiana, tal como vemos cuando la derecha reaccionaria hace hincapié en rechazar políticas de género”.

Tras lo que fue clara cuando dijo que “si bien se siguen dando grande pasos, todavía seguimos estancados ya que hay provincias que no adhirieron a la Ley de Identidad de Género y a la Ley Nacional de Cupo Laboral Travesti-trans”, por lo que “necesitamos más políticas públicas que se reglamenten leyes ya existentes y que se les asigne presupuesto, si no es simplemente repartir folletos”.