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Jue, Abr
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País
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Durante un largo tiempo se ha utilizado la expresión “grieta” como un problema argentino. Se trata del inmenso abismo entre una pequeñísima elite, que cuenta con millonarias riquezas acumuladas, y un enorme conjunto de personas que no tiene siquiera lo mínimo para sobrevivir.

Pero ahora la crítica situación que nos plantea la pandemia Covid19 saca a la luz la más gigantesca grieta existente en nuestro país, que rige no sólo desde la aparición del virus que tiene en vilo al mundo.
Se trata del inmenso abismo entre una pequeñísima elite, que cuenta con millonarias riquezas acumuladas, y un enorme conjunto de personas que no tiene siquiera lo mínimo para sobrevivir.
Ello no es producto de que algunos sean más capaces o inteligentes que otros, sino de un modo de organización de la sociedad profundamente antidemocrático y antisocial que debe ser cambiado: de un lado millones de bienes en poquísimas manos y del otro millones de personas con las manos vacías.
Si esto siempre fue inequitativo, hoy, cuando está en juego la salud y la vida de la humanidad toda, esa grieta real y concreta se torna absolutamente intolerable.
En este contexto además, un grupo híper concentrado de individuos y empresas aún más reducido, acumula en su poder más de tres millones de dólares cada uno, sin contar lo eventualmente no declarado, y eso lo contrapone, grieta de por medio, con el 99% del resto de la sociedad argentina.
Y siendo que por las circunstancias conocidas hoy el país, por razones humanitarias y de justicia social, les reclama a esos pocos pagar un ínfimo impuesto que para nada modificaría el estado de injusticia vigente, y en porcentajes que implican apenas una migaja de sus inmorales patrimonios, el Partido Comunista no vacila un minuto en apoyar la pronta sanción de una ley que imponga un tributo a las más grandes fortunas para que el Estado pueda realizar eficazmente las tareas necesarias a fin de que las consecuencias de la pandemia sean lo menos dolorosas posible.
Que no lo acepten sería un acto de irresponsabilidad social y de avaricia tan grande, que dejaría como insuficiente el calificativo de miserables que con acierto el presidente Fernández les ha endilgado.
Llamamos pues al conjunto del movimiento popular, organizaciones sociales, sindicales, políticas y otras a respaldar activamente la propuesta de impuesto a las fortunas más concentradas que está elaborando el bloque parlamentario del Frente de Todos.
Esta posición de nuestro Partido, que integra el Frente de Todos, incluye además un llamado a los tres poderes del Estado, y particularmente a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a actuar con la mayor prontitud y diligencia y a no poner trabas para que la propuesta impositiva que se está construyendo no se vea trabada por pretexto leguleyo alguno.