Horacio Rodríguez Larreta, anunció que la apertura del ciclo lectivo 2022 en la Ciudad de Buenos Aires será el 21 de febrero. Cuestionamiento de los gremios ante una medida que va en contra del estatuto docente.
“Se trata de un nuevo anuncio marketinero que pasa por encima nuestro estatuto docente”, aseveró la integrante de Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y militante del Partido Comunista, Zaira Abraham Hom, al referirse a la decisión de Horacio Rodríguez Larreta, y su ministra de Educación, Soledad Acuña, de que las clases en la Ciudad de Buenos Aires comiencen el 21 de febrero y de forma presencial.
Los anuncios se realizaron durante un acto que tuvo lugar en un centro de testeo ubicado en el barrio de Núñez, en el que Rodríguez Larreta informó que entre antes del fin de semana, los actuales centros de testeo de Costa Salguero y del Teatro Colón se reconvertirán en vacunatorios. Ahí, la ministra Acuña aseveró que “la intención es tener un protocolo que nos permita estar seguros, estar tranquilos y que las familias confíen en que es el mejor lugar para sus hijos”.
Sin embargo, aún no se presentó el protocolo para el nuevo ciclo lectivo y tampoco se consultó a la comunidad educativa al respecto, aunque Acuña prometió que “más cerca de las fechas, vamos a comunicarle a las familias para tener el protocolo más seguro y más adecuado para ese momento”.
En este sentido, Abraham Hom dejó en claro que “el Gobierno de la Ciudad busca aumentar la cantidad de días de clase como si eso aumentara la calidad educativa y el acceso de los pibes a educación de calidad”, tras lo que denunció que la medida constituye asimismo “un ataque sobre el estatuto docente porque vulnera la cantidad de días de vacaciones pautadas”.
En este contexto donde en Argentina hay más del cien mil contagios por día, la Gestión PRO no tiene en cuenta que son los niños quienes que aún no cuentan con su calendario de vacunación completo, por lo que la integrante de UTE remarcó que “es muy difícil empezar las clases en forma normal, si se quiere evitar que se pinchen las burbujas”.
Como se recordará, buena parte de la comunidad educativa se plantó cuando durante los peores momentos de la pandemia y con poca población vacunada, el Gobierno de la Ciudad insistía con las clases presenciales como slogan para la campaña electoral 2021, sin importar las consecuencias que se pagaron en contagios y muertes.
Ahora, la ministra Acuña reconoce que el año pasado las burbujas se pincharon, por lo que recurrentemente se interrumpió el proceso educativo. “Es frustrante e indígnate que la ministra admita que las burbujas fallaron”, dijo Abraham Hom y señaló que “esto es una clara muestra de que le colectivo docente tiene razón en sus planteos”.
Vale mencionar que desde la comunidad educativa se viene denunciando el desfinanciamiento educativo que desde 2007 lleva a cabo la Gestión PRO que hizo que recortara los recursos destinados al Plan Sarmiento, por lo que durante 2020, cinco mil hogares con pibes en edad escolar no tenían conectividad. Y, ante esto, la solución PRO fue improvisar una especie de clases públicas, exhibiendo a los más desafortunados ante las cámaras de televisión. Pero desde entonces, no preparó al sistema educativo para un contexto de continuidad de la pandemia, ni para la “nueva normalidad”.
Por otra parte, los gremios docentes repudiaron las expresiones de Acuña (Ver Mercantilización y descarte). “Esto muestra realmente una discriminación de clase muy complicada”, destacó la secretaria general de UTE, Angélica Graciano, mientras que Abraham Hom no dudó en afirmar que “la ministra destila odio y racismo hacia quienes construimos la educación pública día a día” y denunció que “hay una clara decisión de clase de ir en contra de los sectores más vulnerables y los trabajadore