Mañana viernes lleva a cabo una asamblea en la que puede decidir acciones directas. “Hay una gran indiferencia”, dijo Rogelio de Leonardo al denunciar la actitud del Ministerio de Trabajo de la Nación y de la cartera laboral provincial.
“El viernes hay una asamblea, es muy probable que tomemos acciones directas”, advirtió el secretario general de la Asociación de Maestros y profesores de La Rioja (AMP), Rogelio de Leonardi, tras la movilización que protagonizaron los docentes el martes, para volver a pedir respuesta al pedido de un salario mínimo de cincuenta mil pesos.
Vale recordar que hace apenas tres semanas la AMP se movilizó, entre otras cosas, para pedir recomposición salarial y exigir la apertura de paritarias, así como para pedir que el encargado de la delegación local de Trabajo, Carlos Fernández, reciba a los representantes del gremio docente.
Y el martes por la mañana volvió a marchar por el centro de la capital provincial, en “una convocatoria sorpresa para transparentar una situación que el Ministerio de Trabajo está ocultando”, según recalcó De Leonardi.
“Hay una gran indiferencia con la que se mueven el Ministerio de Trabajo de la Nación y el Ministerio de Educación de la provincia, con el cual están causando un gran daño al salario docente”, lamentó el titular de la AMP.
Y, fue claro al hacer hincapié en que en la samblea que va a tener lugar mañana viernes “es muy probable que tomemos acciones directas” ya que “no hay respuesta a una petición sobre el salario mínimo de cincuenta mil pesos y parece que el gobierno no entendió que tenemos la necesidad de actualizar el salario”.
Hace apenas una semana De Leonardi insistía en reclamar que la cartera laboral convoca a la paritaria, al tiempo que insistía en demandar que se vacune a todos los trabajadores de la educación antes de que vuelvan a la presencialidad en el dictado de clases.
“Hay un riesgo muy grande cuando se exige que se asista a las escuelas con presencialidad sin la vacuna” alertó y recordó que en febrero la AMP pidió que se suspenda el calendario escolar por treinta días, que hubieran sido vitales para que el gobierno provincial adoptara medidas tendientes a garantizar las condiciones sanitarias y de bioseguridad necesarias para que se puedan llevar a cabo las clases presenciales.