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La victoria electoral de Fabián Doman y Néstor Grindetti en Independiente le da aire al macrismo en el mundo del fútbol ¿Por qué muchos del PRO que le levantaron la mano a Moyano ahora lo sacan del juego?

Fabián Doman, representante del frente Unidad Independiente, fue elegido presidente de la institución de Avellaneda, tras derrotar ampliamente al oficialismo que del sindicalista Hugo Moyano, que presentó como candidato a Javier Mazza. El conductor radiofónico y televisivo consiguió el 72 por ciento de los votos.

Sus compañeros de lista son el intendente de Lanús Néstor Grindetti y Juan Marconi, quien es panelista televisivo e hijo del ex árbitro Guillermo Marconi. La victoria de Unidad Independiente despertó alegría dentro de Juntos por el Cambio, desde donde Mauricio Macri, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal -entre otros- la definieron como una derrota “de la mafia sindical”.

Moyano había sido elegido presidente en 2014 con el 89 por ciento de los votos, después de que el club descendiera al Nacional B en lo que fue una de las etapas más duras del Rojo. De su mano, volvió a Primera División, peleó algún campeonato local y se quedó con la Sudamericana 2017, ganándole ni más y ni menos que al Flamengo en el Maracaná. Pese a esto, sus últimos meses en Independiente fueron difíciles y su presencia era repudiada por buena parte de la hinchada y la platea.

Malas contrataciones, contratos impagables en dólares, nuevas deudas y la directa vinculación del club con el Sindicato de Camioneros le acabó pasando factura. Y todo comenzó a ir cuesta abajo con renuncias, pedidos de licencia y el pasaje al ostracismo de muchos de los dirigentes que integraban la Comisión Directiva, entre los más importantes, Pablo Moyano.

Así, varios de los marginados y automarginados, dieron el salto y terminaron integrando la lista encabezada por Doman, entre ellos Daniel Seoane, Carlos Montaña, Ricardo Cirielli y el propio Cristian Ritondo.

La suspensión de las elecciones previstas para diciembre de 2021, por parte de la Junta Electoral, agudizó el conflicto con gran parte de los hinchas a lo que se sumó una sucesión de malos resultados. Doman y Ritondo presentaron un amparo judicial y tras varios meses de disputa dos cosas quedaron en claro: Moyano ya no quería ni podía continuar presidiendo la Comisión Directiva y el 2 de octubre se votaba en el Rojo.

 

¿Qué se esconde?

 

Doman arranca su Presidencia con un pasivo de más de 4.500 millones de pesos, según lo aprobado por la Memoria y Balance del ejercicio 2020-2021 y, en lo inmediato, debe resolver las deudas que el club mantiene con los ex jugadores Gastón Silva, Pablo Hernández y Gonzalo Verón quien trabó un embargo de 4,8 millones de dólares por sueldos impagos.

En este contexto, lo llamativo es que muchos de los que tuvieron responsabilidad durante la Gestión Moyano y ahora integran la que encabeza Doman, se hacen losm desentendidos. Entre ellos el antiguo vocal Ritondo, otrora socio de Moyano con quien compartió muchas de las decisiones que llevaron al club hasta su actual situación.

Asimismo, resulta paradigmático caso de Montagana, quien fue miembro de la gestión de Javier Cantero con la que Independiente descendió a Nacional B. También fue vicepresidente de Moyano y, actualmente, es el jefe de Gabinete de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, esto es, el número dos de Sergio Berni y como tal aparece directamente ligado a la represión policial perpetrada el jueves 6 de octubre en las inmediaciones de la cancha de Gimnasia.

¿Anticipa lo que pasó en Independiente una suerte de reordenamiento político que trascienda el universo del fútbol? La narrativa del “combate contra las mafias sindicales” fue colocada en el centro de una campaña electoral en la que poco se habló de proyectos y las deudas que tiene el Rojo ni de lo comprometido que comienza a verse con la pelea por el descenso.

Pero sí hubo una definición tajante. Doman se encargó de recalcar a quien quisiera escucharlo que de la mano de Unidad Independiente, el Rojo se encamina a ser gestionado como si fuera “una gran multinacional a la que hay que llenarla a de gerentes”.

Si vamos al caso, Independiente, como otros clubes del fútbol argentino ya tiene un gerenciamiento no declarado de su actividad futbolística profesional. Merced al criterio utilizado por la Gestión Moyano, buena parte de los jugadores del plantel pertenecen al representante y empresario Christian Bragarnik, por lo que no son patrimonio del Club.

Y esto es una tendencia que cada vez se profundiza más: los clubes van perdiendo injerencia en las decisiones ligadas al fútbol profesional.

En este marco, el macrismo hace su debut en Independiente, pero también ya se perfila para competir en las elecciones que va a celebrar durante 2023 en Boca, club que fue la gallina de los huevos de oro del PRO y la base política de Mauricio Macri durante más de veinte años.

Mientras tanto, el macrismo prende velas para que Boca no salga campeón y acelera su Operativo Retorno al xeneize fogoneando la posible candidatura de Andrés Ibarra, quien fuera ministro de Modernización de su Gobierno y una de las personas más cercanas al ex presidente. “¿No te das cuenta que nos está arruinando?”, dijo públicamente no hace mucho el líder del PRO, al ser consultado por la gestión que encabeza Juan Román Riquelme a quien le apuntó sus dardos cuando señaló: “una cosa es saber poner la pelota y otra, dirigir un club”. Un club que es paradigmático para el fútbol argentino, al que el macrismo espera llenar de gerentes, lo mismo que espera hacer con el gobierno nacional. Y todo en 2023.