El Partido Comunista de Chaco advierte sobre los casos de violencia policial y Gatillo Fácil que proliferan en esta provincia. “Hay que seguir peleando para que esto no quede en la impunidad”, dijo Raúl Toto Galván sobre el Caso Bravo.
“Es un de los tantos casos de este tipo que se suceden en Chaco desde hace bastante tiempo, por eso hay que alertar que lamentablemente no es un caso aislado”, advirtió desde el Partido Comunista de esa provincia Raúl Toto Galván, al referirse al Caso Bravo que desde hace poco más de un mes conmueve a buena parte de los chaqueños.
Leandro Bravo tenía 37 años y vivía en la localidad chaqueña de Charata y el 26 de febrero murió cuando se encontraba bajo custodia policial después de haber sido detenido en la vía pública sin ofrecer resistencia y en medio de una golpiza que le propinaron tres policías cuando estaba indefenso en el suelo.
Hay un video que fue incorporado a la causa, en el que se ve que lo suben a un patrullero. Esta es la última imagen que se tiene de Bravo, ya que lo próximo que se sabe de lo que le pasó, es el dato que se desprende de su cuerpo sin vida alo ser recibido en el hospital, donde se constató que presentaba lesiones en la cara, hombros, marcas en las muñecas y lesiones en las piernas.
Por este caso fueron detenidos cuatro de los doce policías que actuaron. Se trata de Alexis Fleitas, Franco Sosa, Agustín Díaz y Enzo Gómez.
Pero este caso es solo una parte de una terrible saga que encuentra varios antecedentes de represión y gatillo fácil como el perpetrado hace nueve años en la localidad de Juan José Castelli cuando personal policial arremetió contra integrantes de la comunidad quom, hecho que dejó un saldo de un muerto y una cifra superior a los cincuenta heridos.
“Así ha pasado con los indígenas en la zona de Castelli y hubo casos en Resistencia y ahora se repite esto en Charata”, recalcó Galván y denunció que “todo esto tiene que ver con la impunidad con que se conducen muchos sectores de las fuerzas policiales aquí en la provincia, amparados por jueces que tapan todo este tipo de delitos”.
Tras lo que fue claro al recalcar que es preciso “seguir peleando para que esto no quede en la impunidad”, porque “aunque esto es un problema que se da en todo el país, lamentablemente este tipo de casos son muy habituales en Chaco y en el resto de la zona del norte”.
Y recordó que también en Roque Sáenz Peña hubo un caso similar. Fue durante 2016 cuando Fernando Suárez pereció como consecuencia de las graves quemaduras recibidas por un incendio en su celda de la Comisaría 4. Por este hecho, un comisario y cinco agentes fueron imputados por homicidio culposo, encubrimiento y falsedad ideológica.