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Vie, Abr
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Política
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Agujero fiscal y deuda. Liquidación de divisas, especulación y retenciones, una historia donde siempre ganan los mismos. Todo efecto tiene una causa.

De acuerdo a la cámara que agrupa aceiteros y cerealeros (Ciara-CEC), durante enero el complejo granarlo liquidó 2.140 millones de dólares, lo que representa un 26,6 por ciento por encima de diciembre y un 32,6 por ciento si se lo compara con el mismo mes de 2020.

Se trata de la cifra más elevada registrada en el primer mes del año, desde 2002. Esto si se exceptúa 2016 cuando los muchachos de boina y 4x4, reventaron los silo-bolsa con una liquidación de 2.477 millones de dólares para devolverle al Gobierno Cambiemos el favor que les hizo al eliminar las retenciones.

De todos modos, de acuerdo a estimaciones oficiales, restan ingresar 4.500 millones de dólares por parte del complejo integrado por el maíz, el trigo y la soja que representan algo así como el cuarenta por ciento de la balanza comercial.

De ellos, el maíz y el trigo, tributan el doce por ciento en concepto de derechos de exportación y, además, son insumos de incidencia clave para la cadena alimentaria.

Este régimen impositivo fue modificándose en lo que va del siglo. Con excepción del breve interregno en que se aplicó el esquema de retenciones móviles, de 2002 a 2015 el maíz tributó el veinte por ciento y en el caso del trigo hasta el 23, entre 2009 y 2015.

Con Mauricio Macri en La Rosada, maíz y trigo tuvieron un régimen de retenciones cero que fue alterado cuando el desastre fiscal que provocó su Gobierno, hizo que tuviera que echar mano a un sistema de retenciones que es el que heredó Alberto Fernández.

Aquí vale recalcar que de acuerdo al Gobierno Cambiemos, la quita de retenciones iba a servir para provocar confianza en el sector que tendría más rentabilidad, lo que lo llevaría a invertir más.

Pero nada de esto pasó y, lejos del derrame, lo que hubo fue un gravísimo perjuicio para las arcas estatales, directamente ligado a una transferencia de riqueza que benefició, fundamentalmente, a pools de siembra.

Durante 2016 y 2017, que fue cuando la Presidencia Macri pudo sostener este latrocinio, el Estado perdió 4.104 millones de dólares como consecuencia directa de la quita de retenciones al maíz, soja y trigo, tal como lo explica un trabajo que hizo el Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas.

¿En qué impactó todo esto? El agujero fiscal que provocó fue una excelente excusa para profundizar la toma de deuda pública, la política de sistemáticos despidos y ajuste salarial y de jubilaciones, así como los impuestazos que fueron una característica de esos años.

Pero también explica buena parte del proceso que llevó a que el Gobierno Cambiemos dejara un saldo de más del trescientos por ciento de inflación que, durante 2019, alcanzó un pico de 53,8 por ciento. Y, asimismo, es un componente imprescindible para pensar por qué entre 2016 y 2019 se acumuló un déficit fiscal 112.300 millones de dólares.