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Mié, Abr
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Política
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Una semana después de aprobar las modificaciones a la Ley de Catastro de la Ciudad y sin ningún tipo de disimulo, el Pro presentó en la Legislatura porteña un proyecto de “reactualización” del convenio que la Ciudad tiene con el Grupo Irsa, que le permitirá a este último construir torres de lujo en el predio que posee en Costanera Sur.

La legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en una nueva votación que contribuye a considerarla como “escribanía Pro”, aprobó la nueva Ley de Catastro que rige en la Ciudad y que habilita, pese a los reclamos de la oposición y de un amplio espacio político-social, la construcción de barrios cerrados. La normativa regula la ubicación y la extensión de los inmuebles edificados y baldíos pero no prohíbe, taxativamente, el diseño y desarrollo de complejos “cerrados”.
La nueva Ley de Catastro ordenada por Larreta obtuvo 36 votos positivos de los bloques Vamos Juntos —que reúne al PRO, la Coalición Cívica y Confianza Pública-Socialista y el de UCR-Evolución— y 20 en contra, del Frente de Todos y el Frente de Izquierda.
La nueva normativa modifica la Ley 3999 de Castro. Según el texto aprobado, las modificaciones obedecen a una “actualización de disposiciones que han quedado obsoletas con los avances tecnológicos, los nuevos procedimientos y necesidades de la Ciudad”. Entre otras cuestiones, la norma tiene la función de registrar la ubicación, límites, dimensiones, superficie y linderos de los inmuebles, ya sea edificados o no, y la misión de regular el ordenamiento territorial de las parcelas.
Los argumentos del Pro en la Ciudad enmascaran los verdaderos motivos de la modificación, cuya importancia es inversamente proporcional al tiempo de preparación y debate que tuvo el proyecto en la Legislatura. A decir verdad, la propuesta de Larreta debe concebirse en sintonía con los negocios inmobiliarios promovidos por el macrismo, especialmente, con el propósito de privatizar los márgenes del Río de la Plata, proyecto que tiene plena vigencia con el “desarrollo urbano” diseñado para Costa Salguero.
Para ello el oficialismo en la Ciudad se dispone a comenzar hoy mismo la “discusión” en la Legislatura sobre nuevos usos del suelo para la construcción de viviendas y comercios. Aprobadas las modificaciones a la Ley de Catastro, ahora el macrismo avanzará en su objetivo de conceder permiso a Irsa para la construcción de un conglomerado de edificios en la Costanera Sur, en el predio de la ex Ciudad Deportiva Boca Juniors. El conglomerado Irsa es propietario del predio que tiene 71 hectáreas de extensión y en el que busca construir en 24 de ellas viviendas —con torres de hasta 30 pisos de altura— y comercios.
"Se trata de una nueva versión camuflada de Solares Santa María, un nuevo intento del Gobierno de la Ciudad de cederle a Irsa la costa del río para hacer un barrio privado, algo que expresamente está prohibido en la normativa de la Ciudad", expresaron desde el Bloque del Frente de Todos en la Legislatura, al mismo tiempo que adelantaron que votarán en contra de cualquier iniciativa en ese sentido.
Vale recordar que en enero de 2019 Larreta impulsó otra medida para profundizar el “modelo de Ciudad Pro” en Buenos Aires, con la sanción del Nuevo Código Urbano y de Edificación, diseñado a medida de las inmobiliarias y las cámaras de la construcción, habilitando la edificación de departamentos de 18 metros cuadrados y permiso para construir con materiales de inferior calidad.
En Argentina, el déficit habitacional alcanza a más de tres millones y medio de personas; en la Ciudad de Buenos Aires, los problemas de hábitat afectan a más de doscientas mil. Además, según datos de la Defensoría del Pueblo, el 40 por ciento de los porteños son inquilinos y el 11 por ciento vive bajo condiciones de hacinamiento.
En este contexto el modelo de ciudad Pro no sólo configura un espacio público a disposición de los negocios de los empresarios inmobiliarios y de la construcción, sino que además profundiza —como es de esperar— la desigualdad histórica entre el sur y el norte de la ciudad. En la zona sur más del 20 por ciento de la población vive hacinada, casi el doble del promedio en el resto de Buenos Aires.
Ante este escenario de crisis habitacional en la Ciudad, el Pro porteño propone negocios inmobiliarios para los amigos y la construcción de viviendas de lujo con vista al río, mientras se acelera el proceso de gentrificación de barrios porteños como Once, Barracas y Parque Patricios.