Política
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Macri regresó de EE.UU., se ausentó por segunda vez consecutiva al requerimiento de indagatoria solicitada por el juez Bava, denunció “persecución” y avisó que está listo para ser candidato en 2023. Los familiares del ARA San Juan pidieron su detención por rebeldía, pedido que podría repetirse en otras de las múltiples causas que tiene en su contra.

Los familiares de las víctimas de la implosión del ARA San Juan, querellantes en la causa en la que se investigan las tareas de espionaje realizadas por la AFI contra el círculo íntimo de las víctimas durante el Gobierno Cambiemos, solicitaron al juez Martín Bava la detención de Mauricio Macri, después de que el ex presidente y líder político de la derecha no se presentara en los tribunales federales de Dolores, por segunda vez consecutiva, a la indagatoria requerida por el juez que lleva el expediente.

La actitud de Macri es una muestra clara del contraste entre el discurso de Juntos por el Cambio y su práctica política. No es un dato menor que Macri rehuse comparecer en los juzgados, siendo el referente del espacio político que durante cuatro años persiguió a la actual vicepresidente y a ex funcionarios, muchos de los cuales son presos políticos en la actualidad.

Esto expone a las claras que la justicia, para la derecha y el poder económico, no es más que una escribanía para los propios y la antesala del patíbulo para los ajenos.

Con buen tino la querella solicitó al Poder Judicial que se declare al ex presidente en rebeldía y se lo detenga, pues es lo que sucedería con cualquier ciudadano común que con antecedentes penales y otras causas judiciales en curso, se ausente de forma consecutiva a dos pedidos de indagatoria.

Mientras tanto, Macri hizo gala del poder de fuego que tiene, por medio de medios de información que replicaron hasta el hartazgo la denuncia que realizó por persecución política a través de su cuenta de Twitter.

“Seguiré presentándome en la Justicia como siempre lo hice, todas las veces que haga falta, pero no por ello dejaré de plantear y cuestionar todas las decisiones arbitrarias que violen los derechos que nos amparan a todos los ciudadanos”, escribió Macri en un hilo de Twitter. Con la excusa de la persecución, adelantó su decisión de no presentarse ante los tribunales. Su abogado pidió que se suspenda la audiencia y recusó al juez Bava, quien rápidamente desestimó la recusación.

En contrapartida, los familiares de las víctimas del ARA San Juan presentaron un escrito en el que expresaron que “si Macri no es conducido por la fuerza pública, si no se hace efectiva la previsión de detención prevista en el artículo 288 del Código Procesal Penal de la Nación, estaremos frente a una nueva ofensa no solo a los familiares sino al pueblo argentino todo, que no pide cárcel ni sangre, solo pide justicia”.

Macri no se presenta a la indagatoria porque no puede defenderse. La causa no solo tiene sustento, sino que tiene pruebas, dato no menor si se tiene en cuenta cómo operó un sector del Poder Judicial junto a la “mesa judicial” del macrismo, para perseguir a opositores.

Gustavo Arribas, ex director de la AFI y amigo personal de Macri, ingresó -al menos oficialmente- 129 veces a Casa Rosada entre los años 2015 y 2019. En ese marco, entre diciembre de 2017 y finales de 2018, la AFI realizó tareas de inteligencia ilegal contra los familiares de las víctimas del ARA San Juan.

Por ejemplo, está comprobado que el 15 de enero de 2018, cuando se cumplían dos meses de la desaparición del submarino y se hacía una misa en la Base Naval de Mar del Plata, la AFI siguió a la hermana de un tripulante y se infiltró entre un grupo de parientes que llevaron su reclamo al Concejo Deliberante de General Pueyrredón. Este es tan solo uno de los casos que la pesquisa judicial logró reconstruir.

 

Hacer escuela

 

La derecha hace escuela en esto de no dar explicaciones ante la requisitoria judicial, porque la ven como una escribanía de su poder y, ante la sociedad, porque la que desprecian.

Al igual que Macri -y antes Stornelli y Fabián Rodríguez Simón- Steve Bannon, ideólogo de la ultraderecha mundial y de Donald Trump, está a punto de ser declarado en desacato por el Congreso de EE.UU.

Bannon, al igual que Macri, no acudió a una citación para comparecer ante una comisión especial de la Cámara de Representantes, que investiga la responsabilidad de Trump en el ataque de sus simpatizantes contra el Capitolio.

La declaración de desacato pasó al pleno de la Cámara Baja y si se la aprueba, algo esperable dada la mayoría Demócrata, la declaración será entregada al Departamento de Justicia para que proceda con el procesamiento de Bannon.

¿Qué actitud tomará el Poder Judicial si, por ejemplo, Macri procede de igual manera en las otras causas en las que es investigado?

Además de la causa de Dolores en la que se lo investiga por ordenar tareas de inteligencia interna contra los familiares de las víctimas del ARA San Juan, Macri debe dar explicaciones ante la Justicia federal de Caleta Olivia, luego de que la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia le indicara a la jueza Marta Yáñez que indague sobre la posible responsabilidad del ex presidente y de su exministro de Defensa, Oscar Aguad, en el hundimiento del submarino.

Pero esto no es todo. El líder de la oposición enfrenta otras causas, todas ellas de extrema gravedad política e institucional, como la que investiga el contrabando de armas a Bolivia para consolidar el golpe de Estado de Añez, la conformación y coordinación de la “mesa judicial” desde la que en tándem con el Poder Judicial se persiguió a opositores y, finalmente, la causa por fraude al Estado con el Correo Argentino. Además, el mandamás de la derecha local tiene decenas de denuncias en su contra y al menos en siete casos se encuentra imputado.

Ajeno a todos los procesos judiciales, Macri parece decidido a disputar el liderazgo interno de Juntos por el Cambio. Después de aterrizar en Ezeiza proveniente de EE.UU., en vez de presentarse en Dolores acudió a una reunión de militantes y fiscales PRO, donde afirmó que lejos de estar en edad de jubilarse está preparado para ser candidato en 2023.

Si en 2015, tras ocho años al frente del Ejecutivo de la Ciudad se consagró como el primer presidente electo de la historia con un procesamiento en curso y 214 denuncias en su contra: ¿qué le podría impedir, luego de no presentarse sistemáticamente ante la justicia para dar explicaciones, ser candidato y circunstancialmente ganar una elección en 2023? En Argentina existen argumentos suficientes para saber que, en muchísimos casos, la justicia no actúa hasta que el implicado realmente se convierte en un muerto político y eso es tarea del pueblo.