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Mié, Abr
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Política
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¡Volvió el Grupo A! Máximo Kirchner dijo que los que endeudaron fueron los que endeudaron y el macrismo estalló y, en medio de un berrinche descomunal, votó en contra el Proyecto de Presupuesto que, cinco minutos antes, había pedido discutir en comisión. Perdón, pero nos toman por idiotas.

Después de una sesión de veinte horas y dos cuartos intermedios, la Cámara de Diputados rechazó el Proyecto de Presupuesto que le envió el ejecutivo que, ahora, va a tener que prorrogar el aprobado hace un año para poder seguir gobernando o enviar otro.

Tal como ocurrió una década atrás con la irrupción del Grupo A en el Congreso, esta vez entre gritos y gestos grandilocuentes, las bancadas de oposición parlamentaria, sumaron 132 votos para imponerse a los 121 que reunió el oficialismo y, así, se cayó el Proyecto de Presupuesto.

En lo formal, la oposición criticó las proyecciones macroeconómicas del proyecto y, puntualmente, cuestionó artículos que prorrogaban facultades delegadas para aumentar tributos, tales como las retenciones y Bienes Personales para bienes en el exterior.

Pero desde una perspectiva de la política (y la rosca) doméstica, lo que pasó esta mañana en el Palacio Legislativo anticipa la forma en que va proceder durante los próximos dos años, el bloque de representación política que encabeza y tracciona el macrismo.

Hasta aquí esto es más de lo mismo de lo que este espacio viene haciendo desde su génesis, cuando fue parido por la violencia cacerolera del pustch montado a caballo de la oposición a la Resolución 125.

Para se más claros: es muy burdo suponer que diputados -muchos de ellos con vasta trayectoria- se sientan ofendidos y se rasguen las vestiduras porque Máximo Kirchner dijo que los que endeudaron son los que endeudaron al país en 45 mil millones de dólares.

Y es estúpido imaginar que eso es motivo suficiente para cambiar la decisión que ya habían tomado (se supone que concienzudamente) de votar para que el proyecto pasara a comisión, lo que hubiera permitido que ahí se vuelva a conversar con el ministro Martín Guzmán y se hicieran las correcciones que se supone que pretendían.

Queda claro que cuando la falta de pudor se vuelve costumbre es muy difícil volver a la cordura y, más aún, si por proceder de forma irresponsable y protagonizar actuaciones que avergonzarían a cualquiera, los que lo hacen acaban recibiendo como premio un triunfo electoral.

Lo novedoso en este caso puede ser la falta de precisión que exhibió el oficialismo a la hora del poroteo y, en este caso, la insuficiente ductilidad que pudo tener para seducir y sumar a posibles aliados ocasionales, entre legisladores cuyas provincias necesitan de un Presupuesto para tener más certezas cuando pasan la gorra por La Rosada.

Así las cosas, a la hora de hacer una lectura sobre el comportamiento de quienes optaron por el voto negativo, es preciso advertir que voltear el presupuesto resulta una exhibición de fuerza para los sostienen las posiciones más gurkha hacia adentro del bloque de representación que encabeza el macrismo.

Pero también que esto es una forma de disciplinar y arrear a los que, por lo menos formalmente, pretenden adoptar posiciones algo más moderadas ¿Qué dirá ahora Horacio Rodríguez Larreta, que ante la oferta gubernamental de construir un acuerdo político para 2022, viene repitiendo a quienes quieran escucharlo que los acuerdos se hacen en el Congreso? ¿Será esta cosa que hicieron sus correligionarios esta mañana, el decálogo del manual de procedimientos del acuerdo que propone el jefe de Gobierno?

 

¿Y ahora qué?

 

¿Qué puede pasar ahora? El Gobierno va a tener que avanzar por medio de decretos que -seguramente- van a ser condenados como discrecionales por los mismos que hoy le negaron la posibilidad de contar con Presupuesto.

En lo que hace a la situación doméstica, esto no presenta una gravedad extrema y, como premio consuelo, le brinda al ejecutivo una herramienta que le puede dar la posibilidad de acordar/rosquear con gobernadores de diferente pelaje.

Y para esos mandatarios provinciales, entre los que están los radicales, cordobecistas y de partidos provinciales cuyos legisladores no acompañaron el Proyecto, comienza la temporada de juntare orina en los pasillos de la Jefatura de Gabinete.

Pero por otro lado, la ausencia de un Presupuesto 2022, empodera más que nada desde lo simbólico, a un sector de la oposición que dejó claro que -fiel a su ADN- está dispuesto a destruir todo. Esto incluye a la negociación que se lleva a cabo por una situación destructiva como la derivada de la deuda que ellos mismos tomaron, cuando fueron Gobierno y sin consultar al Congreso.

Y esto es así, sobre todo, porque la aprobación del Presupuesto está bastante ligada a la negociación que el Gobierno lleva a cabo con el FMI.

¿Lo que pasó esta mañana es algo determinante que puede cambiar el rumbo de esa negociación? Difícil que así sea, pero lo cierto es que exhibe con crudeza que el principal bloque de oposición, actúa como quintacolumnista de los intereses que se sintetizan en el proceso de sobreendeudamiento y fuga que está en la génesis de la toma del Stand-By de 2018.

Esto es así porque los números que Argentina pone sobre la mesa de la negociación que realiza ahora mismo con el FMI, son aquellos que están en el Proyecto de Presupuesto y, por eso, es que entre lo que explícitamente pide el Fondo, aparece que la sugerencia de que aquello que se acuerde, sea consensuado por el esquema de representación política (Ver ¡Aguante Corelandia!).

Así, lo de esta mañana pone en evidencia que, aunque esté dividida en una decena de bancadas, la derecha va a seguir actuando en tándem y sin vergüenza, cuando de lo que se trata es de intentar bloquear la gobernabilidad y evitar que La Rosada pueda adoptar medidas de gobierno, capaces de resolver o paliar al menos en parte, el desastre que la Presidencia Macri dejó como lastre.