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Política
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Después de que la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia no permitiera la fusión de Disney con Fox que infringe la Ley de Defensa de la Competencia, se abre un abanico de posibilidades, entre ellas, que los partidos de River y Boca puedan verse por TV abierta.

La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (Cndc) dictaminó la desinversión de la firma The Walt Disney Company sobre la adquisición del control exclusivo de Twenty-First Century Fox Inc., y dispuso condiciones en la operación “para restaurar la efectiva competencia en el mercado de comercialización de canales deportivos del servicio básico de TV por cable”.

Previamente, la Cndc había emitido un “Informe de Objeción”, alertando acerca de los efectos perniciosos que la operación en cuestión tendría sobre la competencia. En mayo y octubre de 2021, la compañía presentó propuestas tendientes a “remediar” la excesiva concentración provocada por la fusión en el mercado local, pero fueron rechazadas por la Cndc que las consideró insuficientes. Este rechazo fue ahora ratificado por la Secretaría de Comercio Interior.

En Argentina, si se habilitase esa fusión, el nuevo actor se quedaría con el 64 por ciento de las nueve señales deportivas básicas. Las otras dos son TyC y DeporTV.

En marzo de 2019 tuvo lugar la adquisición de 21st. Century Fox por The Walt Disney Company en EE.UU. Sin embargo, las fusiones en los demás países deben ser aprobadas por los estados de cada uno de ellos.

En el caso de Brasil, el Estado dio vía libre y, por ende, FOX dejó de existir. Por otra parte, México no permitió tal fusión debido a una ley local que acota a los monopolios, lo que obligó a Disney a vender su parte a una cadena de televisión local y, similar a  lo que busca hacer Argentina, hay algunos partidos que se transmiten por TV abierta.

Walt Disney Co. tiene plazo de un año para hacer efectiva la desinversión, plazo prorrogable por seis meses más en nuestro país. En este contexto, Oscar Parrilli, presentó un proyecto de ley para que una tercera parte de los partidos de la Primera División de la AFA se transmitan por la Televisión Pública. La decisión que impugnó la fusión de los dos gigantes, obliga a un proceso de desiversión en un plazo de un año y medio que todavía no es digerido por el sector.

Lo que se propone desde el oficialismo es que hasta que la desinversión se lleve a cabo, tienen que transmitir de manera abierta y gratuita espectáculos deportivos relevantes de cada una de las competencias definidas como “contenidos fundamentales” en cuya lista se encuentran la Copas Libertadores, la de la Uefa, la NFL y MLB, así como la Fórmula 1, entre otros. Pero también transmitir bajo esta modalidad un partido de Boca o de River en cada fecha del torneo local de fútbol.

El texto que lleva la firma de Parrilli cuenta con el respaldo de todo el bloque del Frente de Todos (FdeT). En el oficialismo aclaran que se trata de una idea que transitará su trámite legislativo sin urgencia y, si prospera, va a declarar de interés general “el acceso a contenidos audiovisuales obtenidos en ocasión del desarrollo de encuentros de fútbol de Primera División realizados en el marco de torneos organizados por la AFA, garantizándose en todo el territorio nacional el derecho a un acceso libre y gratuito mínimo a los mismos, en su calidad de bienes culturales”.

En el caso de prosperar en la Cámara Alta, el texto pasará a Diputados, donde le espera un escenario más intrincado aún para su tratamiento, a raíz de la estrecha paridad existente entre los 116 escaños que tiene Juntos por el Cambio y los 118 del FdeT.

Vale mencionar que si en los 18 meses establecidos no se efectiviza la desinversión, estas transmisiones abiertas y gratuitas se extenderán durante cinco años. Mientras las partes no concreten la desinversión, deberán mantener estable la relación existente previa a la fusión entre el precio de las señales deportivas y el precio del abono básico.

 

Si entrás en el baile, tenés que bailar

 

Más allá de esta situación donde el capital concentrado muestra su verdadero poder para devorarse lo que tiene alrededor y así ir generando mayores monopolios económicos, desde los inicios del Fútbol Para Todos durante 2009, el futbol ha sido uno de los ámbitos donde el kichnerismo buscó generar un lugar para hacer política.

Ante la correcta negativa a Disney de fusionarse con Fox, el gobierno nacional se metió en un baile complicado. En los términos ya mencionados, por un tiempo el Estado no tendría que poner plata para transmitir el fútbol, pero  también se le presentan dos los dilemas.

¿Cuánta fuerza política tiene para plantarse contra uno de los grupos económicos más imponentes del mundo como es Disney y cómo lo puede hacer en un contexto de crisis económica como la actual? Una jugada de este tamaño le puede ser contraproducente cuando, a la vista, está que Argentina debe solucionar problemas más urgentes que el del fútbol.

Otra parte importante para analizar, es en qué estado se encuentra el fútbol argentino y que papel juega la televisión en ello. En cuanto a competencia y venta al exterior, la primera división  perdió mucho prestigio por la mala organización que tienen sus campeonatos que, sin descensos, acrecientan la cantidad de equipos que en Primera ya son 28. Esta es una cuenta pendiente de la AFA desde que en 2015 se creó el torneo de treinta equipos, algo que en seis años no se pudo estabilizar.

La crisis argentina y la pandemia agudizaron más estos problemas, ya que en comparación con otras épocas, el fútbol argentino cuenta con escasos jugadores de renombre que puedan generar un atractivo de venta hacia el exterior. A los clubes, incluso a Boca y River, se les hace imposible competir con ligas que pagan salarios en dólares, por ejemplo Brasil.

El fútbol argentino ya no genera esa seducción de competencia que en otro momento lo caracterizó, lo que hacía que cualquier jugador que estaba desarrollando su carrera en Europa, veía con buenos ojos volver a Argentina, no tanto por el dinero que se pagaba aquí, sino por lo que genera este deporte en nuestro país. Hoy ese escenario está muy lejano.

Lo concreto es que Disney tiene que desinvertir, sí o sí, sus activos de FOX en Argentina e indefectiblemente debe desprenderse de algunas señales televisivas. El problema es que no tiene intenciones de perder el dinero que ya le pagó a la AFA para transmitir los partidos, algo que pasaría si prospera la idea del gobierno, porque tendría que ceder -cada fecha- un partido de Boca o River que son equipos que garantizan 25 puntos de rating mínimamente. Por eso si prospera la idea del gobierno, se abriría la puerta para que Disney demande judicialmente a la AFA y al Estado.

Así como están las cosas, el negocio de las transmisiones televisivas de fútbol pagas, alcanza a un universo de 2,5 millones de personas, algo que la AFA y Disney consideran como escaso en un país de 46 millones de habitantes donde este deporte tiene un arraigo cultural como en pocos.

Faltan apenas dos semanas para que comience el campeonato y el proyecto de Parrili recién podría comenzar a tratarse en marzo y, desde ahí, le aguarda un recorrido complicado. Por eso la jugada en el Congreso es difícil.

¿Qué es lo que harán el Grupo Clarín y el  Grupo Werthein que posee DirecTV’ ¿Se van a meter estos conglomerados en la subasta de señales televisivas que debería hacerse para ver quién se queda con lo que aquello de lo que deba desprenderse Disney?

Si el gobierno no quiere que esta iniciativa quede solo en una buena idea, deberá ser más ágil y apretar más el acelerador, algo que incluso puede requerir de un decreto, en el caso de que la multinacional no accediera a ceder paulatinamente las señales televisivas.