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Sáb, Abr
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Política
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Desde el partido Comunista, José Chapu Urreli, lamentó que se pone en riesgo “la soberanía de nuestro país”. 

“El equipo económico con Massa a la cabeza, fue a EE.UU. a negociar prácticamente la soberanía de nuestro país”, lamentó José Chapu Urreli, integrante del Secretariado Nacional de la CTA de los Trabajadores y dirigente del Partido Comunista, al aludir al viaje oficial que el ministro de Economía lleva a cabo en estos días en Washington y Houston.

Como se recordará, Sergio Massa se encuentra en aquel país desde el lunes, desarrollando una nutrida agenda que ya lo llevó a reunirse con el subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Ricardo Zúñiga, también con empresarios del sector automotriz y con la directora de Asuntos Políticos del Grupo Amazon, así como con el presidente del American Jewish Congress Jack Rosen, entre otros.

Uno de los puntos más altos de su paso por Washington, fue el encuentro que mantuvo en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo con su presidente, Mauricio Claver Carone, tras el que se anunció que se destrabó un préstamo de ochocientos millones de dólares.

También lo fue la reunión que sostuvo junto al vicepresidente de Asuntos Gubernamentales de la minera Río Tinto, en la que se acordó una inversión de 190 millones de dólares para el proyecto extractivo llamado Litio Rincón que se emplaza en la provincia de Salta.

Así las cosas, durante lo que va de su periplo y en la previa de su visita Houston donde espera concretar inversiones en el sector hidrocarburífero y el encuentro con Kristalina Georgieva, el ministro de Economía ya pasó una gorra por algo así como cuatro mil millones de dólares que, aunque no todos son de libre disponibilidad, permiten engordar las reservas, algo que en La Rosada consideran clave en su afán por acomodar la macroeconomía para poder emprender la dura tarea de disciplinar a los actores que provocan la inflación que viene comiéndose el salario.

Pero por sobre todo, lo consideran un paso fundamental para cumplir con las metas fiscales acordadas en la renegociación de los pagos del Stand-By de 2018. En este caso se trata del 2,5 por ciento de déficit respecto al PBI, para que el FMI siga manteniendo abierto el chorro de dólares que permiten pagar los compromisos con el propio FMI. Y también para que el gobierno pueda tener la expectativa de que se abran puertas en el mercado de crédito privado y de organismos mixtos.

Esto impone medidas de ajuste y disciplina fiscal, algo que tiene un costo político importante para el propio gobierno que espera poder barajar y dar de nuevo a partir de otra renegociación con el Fondo, que considere el escenario abierto después del inicio de la guerra desatada entre Rusia y Ucrania. Esta expectativa va a ser llevada por Massa a la reunión que tendrá con Georgieva.

Con todo esto más el producto de las liquidaciones que, merced al “dólar soja”, están llevando a cabo quienes durante los últimos meses extorsionaron sentados sobre los silo bolsa, el gobierno confía que va a tener con que hacer equilibrio y evitar derrapar.

Pero lo que no puede decir lo mismo es el salario promedio del sector registrado, que durante julio alcanzó los 148.811 pesos, lo que señala una caída del poder adquisitivo del 1,15 por ciento en los primeros siete meses del año.

Es que de acuerdo a los datos del índice de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Registrados (Ripte) que hace el Ministerio de Trabajo, sólo durante julio, el salario perdió 2,1 puntos frente a la inflación: el salario promedio creció 5,3 respecto de junio, mientras que el Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano que elabora el Indec subió el 7,4 por ciento.

“Todo esto en un contexto de un tarifazo que ya comienza a hacerse sentir y junto a la carestía de la vida, lo que provoca un coctel terrible para los miles de personas más vulnerables”, advirtió Ureli y añadió que, así las cosas, “el camino es muy complejo pensando en la perspectiva de 2023”.

Por lo que, en idéntica dirección, desde el MTL Mario Micheli, hiciera hincapié en que es preciso “mantener al pueblo movilizado, porque no puede ser que de cara a 2023 haya continuidad con el ajuste que impone el FMI”. Y, en este sentido, remarcó que “por eso precisamos un cambio que lo vamos a provocar si tenemos al pueblo movilizado, porque estamos recibiendo un ajuste tremendo en diferentes áreas que debemos tener la fuerza suficiente para rechazarlo”.