La Conat volvió a apoyar la reducción de la jornada laboral respetando el criterio de “igual salario por igual tarea”, así como la igualdad de género.
La Conat insistió con su apoyo a la iniciativa parlamentaria que prevé poner en debate la duración de la jornada laboral y avanzar hacia una de seis horas que, asimismo, sostenga el principio de “igual salario por igual tarea”, así como la igualdad de género.
Ese mecanismo debe “superar todo criterio de productividad como trampa de aquellos sectores patronales que pretenden hacerse de las riquezas generadas por los trabajadores”, recalcó la Conat.
Lo hizo durante una semana en la que, tras el resultado de las Primarias Abiertas y Obligatorias, Horacio Rodríguez Larreta, se sumó abiertamente pustch a favor de la flexibilización laboral que tuvo durante la campaña electoral a personajes como Javier Milei, Ricardo López Murphy y Martín Tetaz.
Ante esta escalada, el diputado Hugo Yasky presentó un proyecto que si prospera va a permitir que se establezca una reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, lo cual significa no más de ocho horas diarias y sin disminución o supresión salarial.
Antes, Claudia Ormaechea, que es dirigente de la Asociación Bancaria y comparte con Yasky el bloque de diputados del Frente de Todos, presentó una iniciativa que propone una jornada laboral de un máximo de seis horas por día y un tope de 36 horas semanales.
“Este planteo representa una idea superadora que reconozca nuevas realidades laborales desde una perspectiva de derechos, debate que en la OIT quedó reflejado”, destacó la Conat y recordó que “la realidad laboral afronta nuevas formas de organización del trabajo, ligadas a nuevas formas de explotación, liberalización y dispersión horaria que deben ser encauzadas en el marco de derechos y garantías de la clase trabajadora en todas sus formas”.
Tras lo que hizo hincapié en que “al contrario de lo que los patrones intentan instalar, tergiversando este debate desde sus voceros mediáticos, la reducción de la jornada laboral con preservación de derechos, abre la posibilidad de dar nuevas batallas contra el desempleo, particularmente en la juventud”, así como “contra el trabajo en negro y por la preservación de la salud de los trabajadores, el derecho al descanso y el ocio”. Y resaltó que “nada de esto implica descenso de productividad ni de rentabilidad, lo que hace injustificable todo intento de afectación salarial”.