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23
Mar, Abr
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Sindical
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Su militancia lo llevó a actuar principalmente en la zona oeste del conurbano bonaerense, donde fue parte del PC de Morón y del Movimiento Territorial Liberación de Ituzaingó que, en sus albores, lo tuvo como coordinador.

Es justo honrar la memoria de aquellos que dedicaron su vida a la tarea de construir un presente y un futuro mejor. Y, más aún, si esa tarea se emprendió desde una clara mirada de clase y en la absoluta comprensión de que tal empeño sólo vale si representa un aporte a un esfuerzo colectivo.

Por eso es justo que rindamos homenaje a Luciano Muñoz, quien falleció hace dos semanas después de consagrar buena parte de su vida a la construcción de poder popular y, en particular, a la del Partido Comunista.

Luciano Muñoz comenzó su militancia durante su juventud y en el peronismo. Era de oficio tornero y, como tal, se desempeñaba como trabajador de una fábrica en la que formaba parte del cuerpo de delegados, que estaba constituido por tres peronistas y dos comunistas.

Ahí lo encontró la huelga nacional declarada por la Unión Obrera Metalúrgica durante 1954. Como obreros que eran, los cinco delegados lideraron el paro en su planta y, por eso, acabaron presos: todos acusados de ser comunistas.

Aquel fue un momento clave para la vida y la construcción ideológica de Luciano Muñoz que, cuando recobró su libertad, ya se consideraba comunista, porque comprendió que fue el Partido Comunista quién se había jugado por la lucha de los obreros metalúrgicos.

Desde entonces se fue vinculando al Partido y, con una marcada conciencia de clase, no dudó ni un instante a la hora de movilizarse hacia Plaza de Mayo para sumarse a resistencia al golpe de Estado, durante aquel fatídico 16 de junio de 1955. Ese día un amigo lo ayudó a salir del lugar donde minutos más tarde caería una de las bombas arrojadas desde aviones de la Armada y, de este modo, se salvó de ser una víctima más de la masacre.

Quizás fue ese episodio el que lo marcó para convertirlo en un militante de particulares condiciones para sumar al aparato de seguridad del Partido, que es donde Luciano Muñoz se desempeñó durante varios años, resguardando la vida de sus camaradas del PC y compañeros de otras fuerzas.

Esto es algo que lo destacó, particularmente, durante los momentos más difíciles como aquellos años de la última dictadura cívico-militar, en los que llevó a cabo imprescindibles tareas en medio de las duras condiciones que imponía la clandestinidad.

Asimismo, su militancia lo llevó a actuar principalmente en la zona oeste del conurbano bonaerense, donde fue parte del PC de Morón y del Movimiento Territorial Liberación de Ituzaingó que, en sus albores, lo tuvo como coordinador.

Luciano Muñoz nunca le escapó al peligro y desde una posición silenciosa y anónima, construyó una vida militante y ejemplar en la que, desde su propio presente, aportó mucho para acercar aquel futuro mejor por el que luchamos los comunistas.