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Jue, Abr
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Se realizó un encuentro para visibilizar la situación de los habitantes  de la Casa Santa Cruz y la problemática derivada del déficit habitacional que se presenta en la Ciudad de Buenos Aires.

El Partido Comunista Parque Patricios participó del Encuentro por la Vivienda Digna, que se llevó a cabo el viernes 18 para visibilizar la situación de los habitantes  de la Casa Santa Cruz y, por medio de ella, la problemática derivada del déficit habitacional que se presenta en la Ciudad de Buenos Aires.

El encuentro en el que se dieron cita las familias que habitan el inmueble ubicado en la calle Santa Cruz 140, en el barrio porteño de Parque Patricios fue definido como “parte del proceso de lucha que venimos atravesando”, pero también estuvieron presentes integrantes de diversas organizaciones sociales, políticas y de Derechos Humanos.

Desde el PC se hizo hincapié en que esta problemática afecta a quienes viven en inquilinatos, hoteles, tomas y ocupaciones “de la ciudad más rica del país” que requiere de una “salida colectiva”.

Vale citar que el edificio de la calle Santa Cruz fue subastado durante 2010 y, aunque las familias que lo habitan intentaron conseguir un crédito para comprarlo, no lo lograron. Pero quien lo adquirió -con todos sus habitantes adentro- fue Leonardo Ratuschny, quien pagó 1.550.000 pesos e inmediatamente inició un proceso judicial de desalojo.

El expediente de desalojo está en manos del juez Jorge Cesari, que es el titular del juzgado civil 60 de la Ciudad de Buenos Aires. En este contexto, quienes viven en el edificio no se quedaron con las manos cruzadas y así lograron que durante 2015 se realice una audiencia en la que participaron los moradores del edificio, Ratuschny y el IVC.

La propuesta consistía en que se pudiera llegar a un acuerdo de venta. Pero Ratuschny valuó el lugar en treinta millones, una cifra descabellada si se tiene en cuenta que, por entonces, el Tribunal de Tasaciones de la Nación lo valuó en ocho millones y una inmobiliaria de la zona lo tasó en quince millones.

Vale recordar que en el edificio de Santa Cruz 140 funcionó la hilandería Selsa que cuando abandonó la actividad -ahí fabricaba toallas-, hizo lo propio con el edificio.

El lugar estaba vacío y abandonado, hasta que fue recuperado por quienes lo convirtieron en su hogar, las mismas familias de trabajadores que pueden perderlo todo si avanza la orden de desalojo. Son alrededor de cuatrocientas personas, de ellas un centenar son niños.