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La Integrante del Comité Ejecutivo Central de la Juventud Comunista Colombiana (Juco) dialogó con NP sobre como la pandemia del Covid-19 está azotando a los pobres del hermano país, los reclamos contra el presidente Iván Duque, los líderes sociales asesinados y el rol de los comunistas en este difícil contexto.

El Covid-19 sigue desenmascarando lo peor del capitalismo. Millones de vidas están a la deriva en la incertidumbre de que si mañana tendrán su trabajo o si se contagian, no tener un sistema público universal de salud que las contenga. El pueblo Colombiano es uno de los tantos padece está disyuntiva, donde además del virus, el capital, sustentado en los gobierno que respaldan sus intereses, están erradicando la vida de las personas.
Leandra Becerra Copete, abogada y miembro de la dirección de la Juco, explicó con detales la situación que atraviesa Colombia, donde en paralelo con el Coronvirus, se está luchando contra la enfermedad del dengue, el aumento constante de la pobreza, la violencia institucional que no ha cesado, considerando que pleno aislamiento social quince líderes sociales han sido asesinados.
Vale mencionar, que según fuentes del Ministerio de Salud de Colombia, en el hermano país se han registrado 5.379 casos confirmados de personas contagiadas con Covid-19 y 244 muertes por la misma causa.

-¿En qué contexto agarró a Colombia el Covid-19?

Se ha mostrado con mayor claridad por qué Colombia es uno de los países más desiguales de Latinoamérica, también, como la crisis histórica del sector salud que cada vez está más privatizado, nos ponen en gran situación de riesgo, y ni que hablar de las altas tasas de informalidad laboral, a esto se suma una crisis que lleva más de 20 años de haber sido declarada, la crisis carcelaria, esta población vive en un hacinamiento de más del 53 por ciento ante ese estado de cosas inconstitucional por demás, se convierte en una de las poblaciones con mayores probabilidades de contagio, arrojando hasta el momento un saldo de 23 presos muertos y más de 90 heridos en la cárcel modelo de Bogotá por causa de la acción de la fuerza pública. El covid 19 llega también, a una Colombia que estaba enfrentando un brote de dengue, esta es otra situación en términos sanitarios y de salud pública que no se puede perder de vista en el marco de la emergencia provocada por la declaratoria de pandemia. Finalmente, agregar que las mujeres y la población diversa sigue siendo víctima de la violencia patriarcal y policial y se generan más zozobra ante medidas como el pico y género en la capital del país.

-¿Qué medidas ha tomado el gobierno de Duque ante la pandemia?

El gobierno Duque decretó la emergencia social, económica y ambiental, figura contemplada en la Constitución Política y que permite que el presidente con firma de todos sus ministros pueda emitir decretos con fuerza de ley, -es importante recalcar que en tiempos de excepción es imperante estar vigilantes del tipo de medidas tomadas en las débiles “democracias” latinoamericanas, con fuerte tendencia a regímenes presidencialistas-,a partir de este mecanismo se han decretado diversas medidas entre las que están: la prohibición de eventos masivos, el cierre de bares, discotecas y gimnasios y como resultado de la presión que ejercieron e varias voces como la de alcaldes y gobernadores, se decreta el aislamiento social obligatorio nacional que va hasta el 11 de mayo, así como el cierre de aeropuertos y terminales , hasta el momento ninguna de estas medidas, aunque necesarias, han contribuido en aplanar la curva, en cambio, ha generado la agudización de la situación de pobreza en la que viven millones de colombianos y colombianas, el quiebre de pequeñas y medianas empresas, a lo que el gobierno ha respondido contradictoriamente con alivios a bancos y grandes empresarios, develando el talante del proyecto político.

- El Covid-19 ha profundizado las crisis que ya tenían muchos países en América Latina. ¿Cómo es en caso de Colombia dónde se vienen registrando desde el año pasado protestas contra las políticas de Duque?

En el reciente marzo, veníamos en un contexto en que los sectores populares, las organizaciones sociales y la ciudadanía en general se preparaba para una nueva gran movilización, convocada para el 28 de marzo, como parte del proceso de construcción del denominado paro nacional que inició el pasado 21 de noviembre de 2019 con grandes jornadas de protesta a nivel nacional, así como el creciente descontento por las recientes publicaciones que indicarían que en las elecciones en las que se eligió al actual presidente, Iván Duque Márquez, existió fraude electoral, también, los indicios sobre la supuesta relación del presidente y núcleos cercanos al expresidente y hoy senador de la República, Álvaro Uribe Vélez, con la compra de votos y el narcotráfico. Además, mientras se desarrollaban protestas en diversas cárceles del país, donde se exigían medidas de tipo sanitaria para evitar el contagio, como si fuera premonitorio a la fecha se reportan 70 casos positivos para Covid-19 en una de las cárceles del país y tres muertes por la misma causa. Esto ha derivado en la declaratoria de una emergencia carcelaria y penitenciaria que ha permitido de la excarcelación de algunas personas privadas de la libertad, pero aún estos esfuerzos son insuficientes ante situación de tipo estructurales que no se han resuelto por años.

-Se han registrado quince asesinatos a líderes sociales en lo que va de la cuarentena. ¿Cuál es la reflexión ante estos hechos de violencia que ya vienen siendo algo común en Colombia, teniendo en cuenta que la paz no parece ser un objetivo del gobierno?

Seguimos viendo con mucho dolor, rabia y preocupación que el número de lideresas y líderes sociales, defensores de derechos humanos y excombatientes de Farc firmantes del acuerdo de paz, sigue creciendo aún en tiempos de aislamiento, quince líderes sociales han sido asesinados durante la cuarentena, gravísima situación que nos reporta que desde la firma del acuerdo de paz han sido asesinadas más de 700 personas que trabajaban férreamente por la paz y la defensa del territorio. Con indignación también escuchamos voces que desde el partido de gobierno proponen usar los recursos de la implementación del acuerdo de paz para enfrentar la crisis económica que vive el país, ahora se usa la emergencia sanitaria como un comodín para lograrlo. Es conocida la desidia de este gobierno para con la implementación y el poco interés por salvaguardar la vida, nuestra respuesta ante eso seguirá siendo la denuncia, las medidas de autoprotección comunitaria y el fortalecimiento de las guardias indígena y cimarronas, así como seguir promoviendo iniciativas que visibilicen la situación a nivel internacional , a propósito se cumple por estos días un año de una de esas grandes iniciativas, el refugio humanitario, y aún nuestros corazones siguen latiendo con más fuerza por nuestros líderes y lideresas.

-La pandemia volvió a demostrar las contradicciones del capitalismo y que esté no puede resolver los problemas de la humanidad. Los mercados y los gobiernos que responden a ellos optan por los intereses empresariales a por la vida de las personas. EE.UU. es el gran ejemplo de ello. ¿Crees que se abre otra perspectiva para poder plantar definitivamente una alternativa a estás lógicas neoliberales?

La lucha de clases está más vigente que nunca, si bien el virus no discrimina entre una clase u otra, si lo hace la forma en como los Estados gestionan la vida o la muerte, como tienes posibilidades al acceso a un sistema de salud de calidad o la conectividad, los servicios públicos y una renta básica para asumir medidas como el asilamiento o la cuarentena para no tener que salir a trabajar y exponerte en sistemas de transporte masivo a un posible contagio.
Aún con todo esto que cada vez es más visible a todos, no podemos caer en ingenuidades y asumir que la crisis “per se” nos va a poner en una situación revolucionaria, las fuerzas de izquierda, los movimientos sociales y populares debemos repensarnos algunas de las formas que hemos venido empleando y que no han permitido que nuestras reflexiones lleguen a más personas; el debate sobre los servicios públicos domiciliarios, sobre un sistema de salud universal y la redistribución de riqueza que garantice “mínimos vitales” o “rentas básicas” son algunas de las reivindicaciones con las que podríamos continuar aprovechando la actual coyuntura. También debemos trabajar en la radicalización de los proyectos progresistas y demócratas. Este momento nos abre una gran posibilidad para avanzar en la lucha por la solidaridad, el cuidado y el anticapitlismo, tenemos que volver hablar de revolución.

-¿Cuál debe ser el rol de los comunistas de Colombia y del mundo en este contexto tan complejo?

Nuestro papel histórico de la reflexión, la elaboración política y teórica, debe materializarse en la acción solidaria. Organizar a las masas, llenar de creatividad nuestros movimientos y fortalecer los lazos internacionalistas, creo que también son acciones que están a la orden del día. Sigue siendo la vida nuestra consigna.

-¿Cómo valoras las acciones solidarias de Cuba enviado médicos a todas partes del mundo? ¿Es el camino a seguir?


El faro revolucionario de américa latina y el caribe sigue dando muestras de dignidad y en estos tiempos se entiende con mayor claridad cuando el Che Guevara nos decía que “la solidaridad es la ternura de los pueblos”, la solidaridad sigue siendo camino y respuesta, y como lo diría el Comandante Chávez “amor con amor se paga”, debemos seguir exigiendo con mayor fuerza que se detenga el bloqueo contra Cuba, también, aprender de sus modelos de salud familiar y publica debe ser una tarea.

-¿Qué papel debe jugar la juventud que nunca había vivió una situación de tal magnitud?

Creo menesteroso que esta generación de jóvenes en Latinoamérica que no habíamos pasado por escenarios de cuarentena como lo estamos viviendo en la mayoría de países, reflexionemos sobre cuestiones como la solidaridad comunitaria en lugar de la caridad y el marketing filantrópico, las relaciones humanas reguladas por medidas policiales y el control social que nos dicen que es el alejamiento con el otro que nos salvará. Finalmente, en definitiva hay que construir movimiento juvenil guiados por grandes sentimientos de amor por la humanidad y con grandes aspiraciones de poder y transformación.