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Jue, Abr
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Desde Rusia, Lituania, Kirguistán, Azerbaiyán, Kazajstán, Bielorrusia y Ucrania, partidos comunistas y obreros advierten sobre el pustch que encabeza Kiev auspiciada por la Otan.

Partidos comunistas y obreros alertaron sobre la peligrosidad de la escalada belicista, que el gobierno de Ucrania viene perpetrando en la zona del Donbass, con la ayuda de la Otan. Entre los que se pronunciaron al respecto, están organizaciones de Rusia, Lituania, Kirguistán, Azerbaiyán, Kazajstán y Bielorrusia, así como de Ucrania donde se desenvuelven en la clandestinidad y el Frente de Trabajadores de Donbass.

“El otoño de 2021 estuvo marcado por una serie de provocaciones, particularmente, descaradas de las tropas punitivas ucranianas en Donbass”, recordaron por medio de una declaración en la que también denuncian que “bombardean ciudades, secuestran personas, utilizan drones turcos y toman asentamientos en territorio neutral, descuidando los Acuerdos de Minsk”.

Y, tras advertir que las fuerzas que responden al gobierno que encabeza Volodímir Zelenski, están asesinando, inclusive a niños”, denuncian que Kiev aprovecha “el empeoramiento de la situación en la frontera y la ‘amenaza’ de Rusia, para pedir fondos a EE.UU. y la UE, que apoyan a Ucrania que, durante los últimos siete años, se ha convertido en un verdadero estado fascista”.

Cabe citar que en 2014 un golpe de Estado patrocinado por la UE y la Otan derrocó a Víktor Yanukóvich, y a partir de ese momento -entre otras cosas-, se prohibió toda actividad a los tres partidos comunistas que entonces existían en Ucrania.

La caída del gobierno legítimo y legal que presidía Yanukóvich, tuvo como antesala una escalada de hechos de violencia que estuvo financiada por la UE y EE.UU. Entre ellos se destaca el que fue perpetrado el 2 de mayo de ese mismo año, cuando las bandas fascistas del Maidán perpetraron la Masacre de Odesa.

Ahí paramilitares fascistas asociados a fuerzas policiales, cercaron a trabajadores que resistían al golpe en la Casa de los Sindicatos de Odesa. Atacaron el edificio durante varias horas con armas de grueso calibre y lo incendiaron, lo que dejó un saldo de más de cincuenta personas asesinadas y alrededor de 250 heridos.

Como se hizo público poco más tarde, quien encabezó esa masacre fue el Batallón Azov, compuesto por neonazis ucranios que fue incorporado a la Guardia Nacional, dependiente del Ministerio del Interior que en febrero de 2019 fue desplegado en primera línea en la región de Donbass.

Tal como lo hacían cuando, durante los meses previos al derrocamiento de Yanukóvich hostigaban y asesinaban a pobladores ruso-ucranios, el Batallón Azov conserva su bandera amarilla donde exhibe una esvástica estilizada, similar a la que utilizaban las Waffen-SS del Tercer Reich.