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Jue, Abr
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En apenas cinco meses Vietnam logró implementar una serie de medidas que permitió contener el avance del virus de forma exitosa. Vietnam ya lleva 42 días consecutivos sin nuevos contagios y no presenta víctimas fatales por el Covid-19

Solidaridad, organización y disciplina. Con estas premisas el pueblo de Vietnam está logrando vencer la pandemia desatada por el Covid-19, que tantos problemas trae al mundo y que golpea, tal como se está evidenciando en las últimas semanas, a los sectores más desprotegidos en los países capitalistas, tanto desarrollados como los denominados en vías de desarrollo.
Mientras las fuerzas políticas proimperialistas, las derechas regionales y los medios de comunicación masiva insisten con discursos anticuarentena y enfatizan en señalar como ejemplo a países que priorizan “lo económico” por sobre lo sanitario, en cuyos casos los números de contagios y muertes son enormes, como en Brasil, Estados Unidos o Suecia, los países socialistas marcan un camino alternativo que demuestra que se puede luchar contra el virus de forma efectiva y sin falsas antinomias.
En las últimas horas Vietnam concitó el interés de la comunidad internacional debido a que no realizó una cuarentena estricta y al día de hoy registra cero muertos por el Covid-19. ¿Cómo lo logró, tratándose de un país que limita con China —primer foco de la pandemia— y que tiene 95 millones de habitantes? Desde el 2 de enero las autoridades de Vietnam implementaron una serie de medidas que al principio, para el mundo occidental, resultaron excesivas: cierre de fronteras y de escuelas, restricciones al transporte interno y una agresiva política de control sanitario en las zonas de mayor concentración de la población. A su vez, las personas que regresaron al país mantuvieron una estricta cuarentena de 14 días, con todos los gastos de alojamiento, alimentación y medicinas a cargo del Estado. Por entonces el secretario general del Partido Comunista y presidente de Vietnam, Nguyen Phu Trong, llamó a la solidaridad de todo el pueblo frente a la complicada evolución del Covid-19.
En esta lucha el pueblo vietnamita cuenta con experiencia. Si por un lado la política sanitaria tiene como antecedente la experiencia del país asiático en la lucha contra otras epidemias, como las del Sars en 2003 y la gripe aviar en 2010, en el plano de la organización popular una herramienta clave para evitar el incremento exponencial de los contagios es la experiencia de la guerra contra Francia y Estados Unidos, lo que llaman 4 en 1, esto es, la detección, el aislamiento, el tratamiento, y el personal/recursos asistenciales, todo en el mismo lugar, unidos en el trabajo de prevención.
Al desplegar esta estrategia, cimentada en la larga experiencia del pueblo vietnamita, el gobierno logró rápidamente detectar a las personas infectadas y separarlas. Un dato confirma la efectividad de la estrategia: del total de personas infectadas hasta el momento, solo 327, el 40 por ciento eran asintomáticas. Por eso, Vietnam lleva ya 42 días consecutivos sin nuevos contagios.
Por su parte, el Ejército Popular de Vietnam (EPV) también desempeña un papel esencial en la lucha contra la pandemia. En estos cinco meses el Ministerio de Defensa desplegó al menos 140 operativos en zonas identificadas como de “circulación” del virus. Allí se procedió al aislamiento y se atendió a las personas sin descanso, garantizandoles alimentos, productos de higiene y acceso a la salud. A su vez, los efectivos del EPV vigilaron cada centímetro de las fronteras terrestres.
Otro punto a destacar es el trabajo de los científicos vietnamitas. Por ejemplo, los médicos e investigadores trabajaron en la investigación de dos tipos de kits de diagnóstico. Según el Ministerio de Ciencia y Tecnología, los kits vietnamitas son más rápidos que sus similares del mundo, y el país tiene la capacidad de producir cerca de 3.600 unidades diarias. Veinte países ya manifestaron el interés en adquirirlos, entre ellos Irán, Finlandia, Malasia y Ucrania.
Por otra parte el Ministerio de Salud creo un portal online para la comunicación entre los mejores expertos en epidemiología y los médicos que tratan casos sobre el terreno. A través del portal, el Ministerio envía regularmente mensajes de texto y de voz a los celulares, para reiterar a la población las medidas de prevención del virus y alertar a las personas a permanecer en sus hogares.
También se desarrolló en la Capital de Vietnam, Hanoi, la aplicación móvil Hanoi Smart City. Así el gobierno local puso a disposición del pueblo una aplicación que brinda a las autoridades información sobre personas infectadas y en cuarentena en hospitales y casas, a fin de identificar el estado de cada uno de ellos. En tanto, jóvenes científicos de Ciudad Ho Chi Minh crearon con éxito cabinas móviles que desinfectan el cuerpo en solo 30 segundos, y que ya se pueden ver funcionando en las entradas de algunos edificios públicos.
En esta lucha el pueblo vietnamita no estuvo solo. Contó desde un primer momento con el apoyo y la asistencia del pueblo y el gobierno de Cuba. Solidaridad internacional y socialista es la premisa en la que se funda este vínculo. De esta manera, ambos países avanzaron en una cooperación antipandémica. Según el viceministro de Defensa de Vietnam, Nguyen Chi Vinh, “con Cuba, siempre estamos listos para ayudar porque también hemos recibido de ellos una gran asistencia oportuna. Inmediatamente después del brote del Covid-19, sus altos funcionarios anunciaron que apoyarán a Vietnam en todo lo que pudieran, como compartir experiencias, enviar a sus mejores expertos al país indochino y trabajar juntos para estudiar y producir medicamentos preventivos. Además, pese a que enfrenta numerosas dificultades derivadas del embargo económico estadounidense, La Habana no dudó en donar a Hanói una gran cantidad de medicamentos, lo que demuestra que siempre nos considera como amigos y camaradas cercanos”.