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Con la complicidad de Guaidó, Gran Bretaña se queda con el oro de Venezuela. Una historia que se repite, una costumbre que está en el ADN del capitalismo.

El Ministerio Público solicitó la aprehensión y el congelamiento de bienes de los implicados en el robo de las reservas de oro de Venezuela depositadas en el Banco de Inglaterra, concretamente las de Julio Borges, Carlos Vecchio y Vanessa Neumann a quienes Juan Guaidó designó representantes en el exterior de su imaginario gobierno.
Desde que el 23 de enero de 2019 una banda de legisladores golpistas lo autoproclamó “presidente encargado”, Guaidó utiliza esa chapa para hacer negocios personales, favorecer con otros a sus cómplices de clase y pavonearse por diversos países en los que, sin pudor, se lo recibe como si fuera mandatario.
Pero sobre todo, es desde ese lugar de donde pretende aglutinar a los protagonistas del putsh permanente que se perpetra contra el proceso bolivariano.
Sin que sea preciso escarbar demasiado, aparecen los vínculos de Guaidó y su banda con paramilitares y narcos que operan desde Colombia, y la mafia de Miami. Y es en este camino que Gran Bretaña cobra caro su guiño a los golpistas.
En esta dirección se inscribe la decisión del Tribunal Superior del Reino Unido de entregar 31 toneladas de oro venezolano a Guaidó. Esto es algo así como un millón de dólares que ahora quedan a disponibilidad de la banda golpista que, entre otras cosas, carece de responsabilidad institucional.
Así, Gran Bretaña se asegura que ese oro va a seguir en sus arcas donde se contabiliza como reserva propia de respaldo.
Mientras tanto, el gobierno venezolano, el que existe en el mundo real, está presidido por Nicolás Maduro y, además de tener que garantizar el funcionamiento de un país que tiene problemas, ahora debe enfrentar los desafíos que plantea la pandemia.
Para que quede claro: mientras Guaidó se pavonea (y conspira) por el mundo haciendo gala de su presidencia imaginaria, el que debe garantizar cosas reales como que los estatales cobren y salga agua de la canilla, es el gobierno real, esto es, el que preside Maduro.
Otra de las cosas que debe garantizar, es el sistema de salud pública que se ve tensionado por el Covid-19. Y la decisión del Tribunal Superior, deja al ejecutivo de Venezuela sin la posibilidad de retirar reservas de oro que se destinarían al combate del Covid-19.

Chávez te lo dijo

Ya durante 2011, Hugo Chávez, anunciaba su intención de retirar las reservas venezolanas internacionales en oro de EE.UU. y Europa, para ponerlas a resguardo en otros lados como los sistemas de la República Popular China (RPCh), Rusia y Brasil.
La idea implicaba nacionalizar el oro para convertirlo en fondos nacionales y contactaba con el acercamiento al Brics que, en ese momento, se presentaba como un sistema que pretendía convertirse en alternativa, a punto tal que avanzaba en la creación el Nuevo Banco de Desarrollo.
La idea de Chávez se anticipaba al momento que la crisis capitalista, que había estallado durante 2008, viviría pocos años después. Un estadio en el que la Reserva Federal de EE.UU. emite alocadamente dólares que cada vez tienen menos respaldo, mientras que los bancos centrales de formaciones estatales como la RPCh y Rusia, apuestas crecientemente al oro.
No es la primera vez que Gran Bretaña se queda con lo que no le pertenece. La invasión a Buenos Aires de 1806, produjo una ocupación de 46 días que alcanzaron para que la Corona británica robara el tesoro del Virreinato que actualizado a la tasa de interés promedio del Governor and Company of the Bank of England, asciende ahora a algo así como 86 mil millones de dólares.
Una cifra que aportó al proceso de acumulación capitalista originaria que, por entonces, tenía epicentro en Inglaterra. Como se ve, antes como ahora, capitalismo y piratería van de la mano.