Mientras todo indica que el postulante por Perú Libre va a ser confirmado como presidente electo del Perú, desde el fujimorismo se insta a desconocer el resultado y se pide, abiertamente, un golpe de Estado.
Al cierre de esta edición todo indica que Pedro Castillo se encamina a convertirse en el próximo presidente de Perú y recalca que es preciso “no caer en provocaciones de quienes quieren ver este país en el caos”.
Este pedido del postulante por Perú Libre (PL) no es antojadizo. Conforme la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe) confirmaba la tendencia que daba ganador al maestro de Cajamarca, desde Fuerza Popular (FP), Keiko Fujimori, presentaba recursos de nulidad contra doscientos mil votos como parte de una maniobra tendiente a instalar la idea de que el recuento de votos tuvo irregularidades.
En este contexto, ayer por la tarde, FP llamó a movilizar para exigir que se declare la nulidad de las elecciones. Como para que no haya dudas sobre el sentido golpista del convite, la convocatoria fue movilizar hacia el Ministerio de Defensa.
En este punto, vale recordar que por decisión del titular de la Onpe, Jorge Salas, decidió que la auditoría de la elección de haga de forma pública.
Por su parte, las denuncias de fraude fueron rechazadas por el organismo electoral, así como por las misiones internacionales de veedores.
Mientras tanto, desde la estructura de poder real de Perú, le siguen marcando el terreno a Castillo. La Bolsa de Lima registró una caída considerable y fue aumentado el precio del dólar. La respuesta del tándem especulador-empresarial es de manual y busca condicionar a un Gobierno que todavía ni siquiera fue confirmado oficialmente.
Esa no es una situación exclusiva de Perú, tal como lo señaló la periodista Stella Calloni, quien insistió en denunciar lo determinante que tiene la injerencia de EE.UU. en los procesos electorales que se llevan a cabo en Latinoamérica.
En este sentido, tras recordar el papel que la Embajada estadounidense tuvo en golpe de Estado que impidió la reelección de Evo Morales en Bolivia, denunció que ahora en Perú “hay un gran peligro”.