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Jue, Abr
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El Gobierno de Cuba salió al cruce de nuevas sanciones decididas por EE.UU. “La dignidad de Cuba es el problema”, reflexionó Díaz-Canel al cruzar la postura de Washington.

“Cuando ya no van quedando tuercas que apretar, vienen los castigos con nombres y apellidos”, lamentó el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, a la hora de responder a la imposición de nuevas sanciones por parte del gobierno de EE.UU., que ahora fueron dirigidas contra ocho funcionarios cubanos.

“La dignidad de Cuba es el problema”, reflexionó Díaz-Canel al cruzar la postura de Washington, que sancionó a funcionarios que desde su particular mirada, “habrían intentado silenciar a las voces del pueblo”, tal como lo definió el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.

De todos modos, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, recalcó que la disposición de la Casa Blanca “no altera un ápice la determinación de Cuba de defender sus derechos soberanos”, al tiempo que el Presidente destacó que el Gobierno de EE.UU. “persiste en el mal hábito de pretender imponer su voluntad sobre otros gobiernos por vía de medidas coercitivas unilaterales”.

El jueves pasado, la administración que preside Joseph Biden, dio a conocer un nuevo paquete de sanciones contra Cuba consistente en la imposición de restricciones de visas a ocho funcionarios cubanos ¿Pero por qué? Washington los acusa de participar en el operativo que el Gobierno legítimo de Cuba, dispuso para contrarrestar el pustch que EE.UU. instigó y que tuvo su pico el 11 de julio de 2021.

¿Qué pasaría si Cuba o cualquier otra formación estatal, sancionara a los funcionarios estadounidenses que resistieron y finalmente rechazaron el asalto al Capitolio que tuvo lugar el 6 de enero de 2021?

Como se recordará, el 11 de julio de 2021 el propio Díaz-Canel convocó “a todos los revolucionarios a salir a las calles a defender la Revolución en todos los lugares”,  lo que tuvo como respuesta inmediata a masivas movilizaciones que se llevaron a cabo en Las Habana y otras ciudades para repudiar los hechos de desestabilización que habían tenido lugar.

“Son acciones de desestabilización política históricas que tienen lugar contra Cuba y que se han intensificado particularmente durante la pandemia”, advirtió entonces el Presidente de Cuba y lamentó que “esos que nunca se han opuesto al bloqueo, ahora han incentivado campañas que buscan legitimar la idea de que el gobierno cubano no puede controlar al coronavirus”.

En ese contexto, Cuba aprobó el Decreto-Ley 35 que busca dotar al Estado de herramientas legales para combatir delitos que se perpetran utilizando Internet como vector, entre los que figuran la difusión de noticias falsas y lo que definió como “desinformación y la cibermentira”, algo clave para responder al constante pustch que perpetra Washington (Ver “Contra la desinformación y la cibermentira”).