La Embajada de la República Argelina Democrática y Popular, fue escenario de un acto a 68 años del inicio de la guerra de liberación de Argelia. Participó la Liga Argentina por los Derechos Humanos.
Se cumplieron 68 años del inicio de la guerra de liberación de Argelia y, por tal motivo, se llevó a cabo en la Embajada de la República Argelina Democrática y Popular un acto que estuvo presidido por el titular de la sede diplomática Abdelaziz Benali Cherif.
Ahí también se dieron cita el representante del Frente Polisario, Mohamed Ali Salem, la referente de Madres de Plaza de Mayo LF, Nora Cortiñas y Nora Podestá quien representó a la Liga Argentina por los Derechos Humanos y el Comité de Amistad con el Pueblo Saharaui.
Precisamente el embajador Cherif recalcó en la oportunidad la “solidaridad infinita” que une a Argelia con la lucha de Palestina y de la República Saharaui Democrática.
“La Liga, desde su génesis, entiende la lucha por los derechos humanos como la lucha por la soberanía, la autodeterminación y la descolonización”, resaltó Nora Podestá y añadió que por lo tanto se trata de “una lucha antiimperialista y profundamente internacional”. Por lo que hizo hincapié en que “nuestra hermandad con los pueblos saharaui, palestino y argelino se expresa desde hace 85 años ininterrumpidamente”.
La lucha por la liberación de Argelia fue un proceso largo y costoso que comenzó a profundizarse apenas acabada la Segunda Guerra Mundial, cuando Francia redobló su política colonialista en países del Asia y África. Indochina y Argelia eran las principales joyas que no quería resignar.
Así las cosas, mientras de la mano de Ho Chi Minh y el Partido Comunista de Vietnam, los franceses eran humillados en Dien Bien Phu, el pueblo argelino y el Frente de Liberación Nacional, aceleraban la lucha por conseguir la independencia.
Ante la lucha popular y la resistencia, la reacción francesa fue la aplicación del Terrorismo de Estado con prácticas que inauguraron una era llevó a que, dos décadas más tarde, varios de sus perpetradores se convirtieran en instructores de la tristemente célebre Escuela de las Américas.
“La descolonización que se propone cambiar el orden del mundo es un programa de desorden absoluto. Pero no puede ser el resultado de una operación mágica, de un sacudimiento natural o de un entendimiento amigable”, señaló Frantz Fanon en Los condenados de la Tierra, una obra clave para comprender lo que pasó en Argelia hace casi siete décadas, pero también para entender de qué va mucho de lo que ocurre ahora mismo.