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El actual presidente de Brasil volvió a deslizar la idea de que no está dispuesto a reconocer un resultado electoral que le sea adverso en los comicios de octubre.

A poco menos de un mes de que se lleve a cabo la primera vuelta de las Presidenciales de Brasil, la celebración del Día de la Independencia, Jair Bolsonaro, encabezó un desfile militar y, con ese telón de fondo, acusó al Supremo Tribunal Federal (TF) de actuar fuera de la Constitución porque lo investiga a él y a sus aliados por la comisión de actos antidemocráticos.

Fue ayer en Brasilia y en ocasión del 200 aniversario del Frito de Ipiranga, cuando Bolsonaro, volvió a deslizar la idea de que no está dispuesto a reconocer un resultado electoral que le sea adverso. Y lo hizo a poco de que un juez del TF determinara el allanamiento y el bloqueo de las redes de ocho empresarios aliados al actual presidente, que están acusados de alentar un golpe de Estado en caso de que Luiz Inácio Lula da Silva gane las elecciones del 2 de octubre.

Ante esto, el ex presidente acusó al actual mandatario de haber “capturado” las celebraciones por el bicentenario y denunció que “el gobierno ha abandonado al pueblo”, al tiempo que aseveró que Bolsonaro “defiende el odio y la venta de armas”.

Por su parte, la titular del Partido Comunista do Brasil (PCdoB), Luciana Santos, recordó que “el bicentenario de nuestra independencia, es una fecha a celebrar por todos los que luchamos por un país soberano, desarrollado, democrático y socialmente justo”, tras lo que destacó que “al mirar al pasado para proyectar el futuro, afirmamos que la obra del Brasil independiente está inconclusa y tiene desafíos por superar para asegurar el efectivo desarrollo soberano de Brasil en el tercer siglo de su existencia como país independiente”.

Y lamentó que, actualmente, su país “atraviesa una grave  profunda crisis que amenaza su futuro como nación libre, próspera, soberana y democrática”, ya que “bajo el gobierno de extrema derecha, vive una desorientación de rumbos y el desmantelamiento del Estado y de las bases económicas, sociales, civiles, políticas, culturales y ambientales”. De ahí que, resaltó, las Presidenciales de octubre, “colocan al país en una encrucijada entre dos proyectos opuestos”.