La Presidencia Milei acabó de cerrar el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia, que a lo largo de cinco años aportó a que se redujera en un cincuenta por ciento la tasa de fecundidad en mujeres menores.
Después de tres meses en los que se profundizó drásticamente su desfinanciamiento, el gobierno cerró el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (Enia) que a lo largo de cinco años, desde que fuera implementado, aportó a que se redujera a la mitad la tasa de fecundidad en mujeres menores.
Se trata de un plan en el que además se desempeñaban alrededor de seiscientxs trabajadorxs que realizaban tareas de campo suministrando asesoramiento a adolescentes y destinado a la prevención, que se llevaba adelante en doce provincias. Lo que dio claras muestras de eficacia, pese a lo cual desde que Javier Milei asumió como presidente se propuso destruirlo.
Una de las provincias donde el Plan Enia logó alcanzar un importante desarrollo es Santiago del Estero, desde donde la dirigente del Partido Comunista, Fanny Paz, señaló que ahí se trabajó mucho con el Plan y recordó que como escritora fue convocada en ese contexto para hacer un aporte que se plasmó en un cuento que aborda la problemática del abuso, “que se trabajó en escuelas, radios y se hicieron talleres”. Paz añadió que pese a que se haya dado de baja el Plan, “las herramientas quedaron y seguimos trabajando con ellas en la Biblioteca Popular Alberdi de La Banda”.
Por su parte, María Lucía Escobar, quien es docente educadora para la salud, se desempeñó en el Plan Enia y actualmente forma parte del Equipo Interdisciplinario de la Dirección de Género de La Banda, puntualiza que “como trabajadora por los derechos de las mujeres, feminidades, niños, niñas y adolescentes, el desfinanciamiento del gobierno nacional y la quita de presupuesto para las políticas públicas que abogaban por los derechos de estos sectores, ha generado un impacto muy negativo para quienes trabajábamos en ese sector”.
Esto es algo que, cuenta Escobar, “atenta contra derechos ya conquistados”, pero asimismo “hace que el Estado Nacional deje de garantizar el derecho al acceso a la educación sexual integral, a los derechos sexuales y reproductivos, a la información y a una vida plena y libre de discriminación”, por lo cual “el impacto ha sido sumamente negativo” tal como se verifica con la desaparición del Plan Enia, “que tuvo un impacto muy positivo durante su implementación”.
Es que con la baja de este Plan, “mujeres, feminidades, niños, niñas y adolescentes se encuentren muy solas en ciertos procesos en los que se necesitaba un acompañamiento, una guía, información para una toma de decisiones responsables”. En este marco también se obturó la posibilidad de que haya “un espacio de escucha activa y amigable al que acercarse”, ya que, denunció , “son muy pocas las secretarías o direcciones de género que quedan e incluso las asesorías de salud integral para adolescentes como tenía el Plan Enia”.