¿Cómo fue que un pibe austríaco fijó su mirada en el Che? En primera persona, el periodista y responsable editorial del diario digital Unsere Zeitung, Michael Wögerer, revela como inició el camino que lo llevó a construirse en un amigo de la Revolución Cubana.
Tenía dieciséis años cuando entré en contacto por primera vez con Che Guevara. Hasta de cerca. Pero entonces no sabía quién era realmente ese “Che”. Como muchos adolescentes en la pubertad, quería rebelarme contra el orden en la escuela y la sociedad y lo hice de una manera muy superficial: pelo largo, música alta y fumando mi primer cigarrillo. Por casualidad, descubrí una camiseta roja y negra en el armario de mi hermano mayor con la imagen de un hombre rebelde en la parte delantera y -mucho más importante para mí en aquel momento- con un lema rebelde en la parte trasera: “fuck you i wont do what you tell me” (“vete a la mierda, no voy a hacer lo que me digas”) estaba escrito en ella y pensé que era bastante apropiado para llevarla a la escuela casi todos los días.
Para mi disgusto, los profesores ignoraron mi “disfraz revolucionario” hasta que un día mi profesor de inglés bastante progresista me preguntó si sabía quién era el hombre de mi camiseta. Respondí negativamente, tartamudeé y finalmente contesté que probablemente era el cantante de la banda estadounidense Rage against the machine, que vende esta camiseta como artículo de merchandising. Mi profesor sonrió. Había puesto en evidencia mi superficialidad y me reveló que se trataba del famoso cuadro Guerrillero Heroico de Ernesto Guevara. Como “pequeño castigo”, que luego resultó ser una gran recompensa, me encomendó la tarea de hacer una presentación sobre el hombre de la camiseta dentro de quince días. Así fue como conocí al rosarino Ernesto Guevara de la Serna y este encuentro cambió mi vida. Tengo la suerte de haber conocido la historia de la revolución cubana y la idea del socialismo a través del Che. Mi rebeldía superficial se transformó en un profundo conocimiento de la necesidad de la lucha de la humanidad por la libertad y la justicia. La impresionante historia de la vida del Che Guevara, su carácter poco convencional, su tenacidad para hacer frente al asma, sus apasionados discursos y anotaciones en su diario, su lucha internacionalista contra la clase dirigente y a menudo contra los molinos de viento, y no menos importante, su temprana y violenta muerte a los 39 años, lo convirtieron en un modelo para la juventud progresista de todo el mundo.
Che Guevara no sólo dejó huella en la sociedad durante su vida, especialmente en Cuba, sino que se convirtió en un símbolo de la lucha contra el orden económico imperante para muchas generaciones venideras. Su imagen dio la vuelta al mundo y su lucha por la justicia motivó a innumerables jóvenes de este planeta a tomar también las barricadas contra la opresión, la guerra y la explotación.
“Seamos realistas. Intentemos lo imposible”. Esta es probablemente una de las frases más famosas de Ernesto Che Guevara. Nos está diciendo que nunca debemos cansarnos de luchar por un mundo justo. No importa dónde estemos. No importa lo desesperado que parezca. Che Guevara es un símbolo de la juventud que lucha contra el orden económico imperante y un símbolo de una lucha que nunca terminará mientras prevalezcan la explotación y la opresión en este mundo, mientras los pueblos no sean libres para decidir su destino y vivir en paz.
Pero no estaríamos en el capitalismo si éste no se esforzara también por comercializar este símbolo. Además de camisetas para jóvenes rebeldes, como era yo entonces, hoy en día hay todo tipo de productos etiquetados con la famosa foto de Korda: Tazas de café, gorras de béisbol, cigarrillos... incluso he visto pañuelos del Che ¡Me hace llorar! Pero aún hay esperanza de que los jóvenes de hoy sean arrancados de su rebeldía superficial por adultos atentos y descubran el verdadero núcleo revolucionario del Che Guevara ¡No juguemos a ser como el Che! ¡Seamos como el Che!