A 57 años de aquel 9 de octubre en La Higuera, Nuestra Propuesta, el diario del Partido Comunista, abre esta sección dedicada al Ernesto Guevara. Lo hace con esta Semana del Che, en la que convocamos a destacados columnistas que aportan a la reflexión sobre una figura del Guerrillero Heroico.
Como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera,
como si el Plata vegetal viniera
con el Cauto a juntar agua y ternura,
así Guevara, el gaucho de voz dura
brindó a Fidel su sangre guerrillera,
y su ancha mano fue más compañera
cuando fue nuestra noche más oscura.
«Che Guevara», (fragmento) Nicolás Guillén.
Esto es lo que dice, con cierta reminiscencia de José Hernández, la poesía con la que como nadie Nicolás Guillén plasmó en tinta sobre papel ese lazo entrañable que a instancias de Ernesto Guevara de la Serna, de una vez y para siempre, forjó una unidad inquebrantable entre Argentina y Cuba. Una hermandad que, especialmente, sentimos los comunistas.
“Seremos como el Che” se convirtió entonces en mucho más que una especie de advocación secular que se replica en distintos rincones del plantea, para transformarse en un camino a seguir: un sendero que es ético y moral, militante y político que se construye día a día de forma silenciosa en las aulas y las fábricas, también en el territorio donde trabajadores urbanos y rurales hilvanan el tejido de una economía popular que escapa a las relaciones que impone el capital. Un camino que transitan quienes no se resignan a la alienación que impone el consumismo de porquerías, que a la larga o a la corta acaba convirtiendo a las personas en meras mercancías.
Entonces, ese “seremos como el Che” alude a aquello que se puede y es preciso realizar desde la construcción de poder popular, siempre buscando articular y unir aquello que está disperso para que -desde abajo- la resistencia y la lucha sea una, en la movilización y en las calles.
Por eso es que aquel “seremos como el Che”, es también un postulado que deja en claro el inquebrantable vínculo que une a nuestro pueblo con la Revolución Cubana que ni siquiera pudo ser horadado por dictaduras cívico-militares o gobiernos lamebotas, tampoco por presiones descaradas del Imperio y sus pusilánimes voceros massmediáticos que con total desparpajo creen que vomitando su odio e impotencia pueden mancillar al menos el talón de las botas de un hombre que es demasiado grande para sus patéticas estaturas.
De ahí que “ser como el Che” alude también directamente al carácter internacionalista y de clase, proletario, que tiene el propio concepto de Revolución. Y esa es la imagen que incluso a veces de forma intuitiva, se estampa en banderas que recorren cada acto, en corazones valientes y rebeldes, eterna, libre, viva e inmaculada.
Porque muchos son los que en tempranos años de la adolescencia aprendieron a querer “ser como el Che”, incluso mucho antes de advertir que en realidad lo que estaban eligiendo era comenzar a transitar el derrotero que lleva a que alguien quiera construirse en un revolucionario. Y ese quizás sea uno de los principales méritos que deja el legado del Che y también es, sin dudas, una de la peores pesadillas para quienes creen que borrando su nombre de la historia van a poder suprimir de la memoria colectiva la grandeza de este Guerrillero Heroico que recorre calles de barriadas populares, que está en las banderas de hinchadas de fútbol, en los afiches de los claustros estudiantiles, en los gabinetes de los obreros de fábrica y las alforjas de los trabajadores rurales. En todos esos lados y en muchos más está presente el Che, invitando a despertar esa llama rebelde, ese espíritu proletario (¡qué palabra maravillosa!) que en su inmensa degradación el capitalismo quiere destruir.
Pero pese a todo lo horrible que presenta en estos días la cotidianeidad que impone el sistema, la buena noticia es que por más que se esfuerce, la clase capitalista no lo consigue… no consigue derrotar al Che ni siquiera más de medio siglo después de su asesinato.
Y es entonces que a 57 años de aquel 9 de octubre en La Higuera, Nuestra Propuesta, el diario del Partido Comunista, abre esta sección dedicada al Ernesto Guevara y lo hace con esta Semana del Che, en la que convocamos a destacados columnistas que hacen su aporte a la reflexión sobre una figura que continúa viva en quienes “sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo”, ya que “es esa la cualidad más linda del revolucionario”.