La Liga Argentina por los Derechos Humanos reflexiona sobre el presente evocando el espíritu de lucha y emancipación de 1810. Un llamado a la resistencia, la memoria y la defensa activa de los derechos humanos para una democracia real.
Este 25 de mayo la Liga Argentina por los Derechos Humanos ratificó su compromiso con la independencia de nuestro país del imperialismo, lo que plantea como un “requisito indispensable para la plena vigencia de los Derechos Humanos”, ya que “esta etapa del imperialismo se caracteriza por el protagonismo del capital financiero y la ofensiva estadounidense para oponerse a la aparición de otros actores en el escenario mundial, que tiende a la multipolaridad”.
En ese marco por medio de una declaración denunció que la Presidencia Milei eligió “la subordinación absoluta a las políticas de los grupos económicos transnacionales más poderosos, sustentados por los EE.UU.” y añade que “la política socio-económica de este gobierno no es una creación nacional, sino la aplicación directa de los intereses de EE.UU., Israel y varios megamillonarios”.
Asimismo, puntualiza que el objetivo de destruir el Estado que pregona es sólo parcialmente verdadero. “No quieren destruir todo el Estado, sino reducirlo a su función básica, ser la garantía de continuidad de los negocios de los más poderosos vinculados con el capital extranjero o representantes directos de él, garantizándoles sus ganancias y minimizando el riesgo de que alguien los dañe o perjudique sus intereses”.
En otro de sus pasajes denuncia que “para quienes hoy gobiernan, los culpables de la pobreza son los propios pobres, por no haber sabido hacerse ricos”, por ello “no es de extrañar entonces que detesten toda idea de solidaridad y actúen en consecuencia”.
La declaración advierte que “como consecuencia lógica de la subordinación al imperialismo estadounidense, las fuerzas armadas están siendo gradualmente desviadas hacia funciones de ocupación interna, con nombres tan sugestivos como la “Operación Roca”, algo coherente con la reivindicación de la Doctrina de Seguridad Nacional y “las diversas jugadas para liberar a los genocidas”.
La declaración de la LADH también hace hincapié en que todo esto “está en línea con la progresiva pero rápida destrucción de todas las áreas estatales vinculadas con la memoria, la verdad y la justicia: reducción de la Secretaría de Derechos Humanos a la categoría de Subsecretaría, reducción de categoría del Archivo de la Memoria y del Museo de la Esma”.
Por otro lado denuncia la imposición de normas represivas, la modificación de la Ley de Seguridad Interior para que las fuerzas armadas actúen en funciones policiales, la realización de juicios en ausencia, la recreación de la Side y el protocolo “antipiquetes” que, entre otras medidas, “demuestran que el objetivo es fortalecer la represión estatal contra los opositores actuales o futuros”, a la vez que se priva al Estado de las herramientas para influir en la actividad socio-económica y hasta se busca –de forma apenas disimulada- favorecer al narcotráfico y el lavado de dinero.
También alerta que “las violaciones más masivas de los Derechos Humanos en la Argentina actual se encuentran en la aplicación de la ‘miseria planificada’, que esgrime supuestos éxitos macroeconómicos como justificación para una violenta y enorme transferencia de ingresos de los más pobres y de las capas medias, a los sectores más poderosos”.
Así las cosas, la Ladh remarca que hoy la lucha por los Derechos Humanos “no puede concentrarse sólo en la lucha por la continuación de los juicios de lesa humanidad o para que no cierren los sitios de memoria”. Razón por la cual resalta que “los crímenes pasados y actuales se vinculan con la voluntad de los sectores en el poder de modificar la sociedad argentina, para garantizar la explotación de los recursos nacionales por parte del imperialismo estadounidense y sus satélites, a través de mecanismos como la ya tradicional deuda externa y el resurgir de la entrega directa de los recursos a los grupos extranjeros por largo tiempo, como es el caso del Rigi”.
En tanto que también puntualiza que “un elemento central de este gobierno es que, si bien podría ser calificado como un fascismo o neofascismo por muchas de sus prácticas, no es un fascismo con ambiciones de expansión nacional”, ya que “está totalmente subordinado a la política estadounidense de recolonización imperial de Nuestra América”, lo que “explica el profundo odio que tiene hacia todos aquellos que en nuestro continente se oponen a la voluntad del imperio”. Al mismo tiempo, afirma la Liga en su declaración que el gobierno “viola groseramente el derecho de los pueblos a su autodeterminación, porque busca transformarnos en una copia berreta de los EE.UU., a los que imita de manera servil”. A partir de esta caracterización concluye que “el antiimperialismo es, en consecuencia, un elemento indispensable en la lucha por los Derechos Humanos”.
Finalmente ratifica su compromiso con la Red Federal por la Defensa de los Derechos Humanos y la Democracia, en la que participan más de un centenar de organizaciones heterogéneas “unidas por la necesidad de defender los Derechos Humanos y el propio sistema democrático”.
En el marco del aniversario de la Revolución de Mayo, la Ladh saluda “fraternalmente a los luchadores que, con el mismo coraje de nuestros próceres de ayer, luchan por la nueva y definitiva libertad e independencia, requisito indispensable para que podamos construir un país donde los derechos humanos sean una realidad y no simples palabras en el papel”.
En la página de la Liga Argentina por los Derechos Humanos puede leerse el documento completa: https://www.ligaporlosddhh.com/post/reflexiones-en-el-25-de-mayo