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Sáb, Abr
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Los houtíes que actúa desde Yemen se plantan en el Mar Rojo y amenazan con bloquear el estrecho de Bab el Mandeb si Israel continúa con el genocidio que perpetra contra el pueblo palestino.

Ayer el precio del barril de petróleo cotizado cerró en Nueva York, cerró en su nivel más alto en tres semanas debido a la continuación de las interrupciones en el transporte marítimo del Mar Rojo, que tienen lugar como consecuencia de la intensificación de hostilidades entre la guerrilla houtíe que actúa desde Yemen y el ejército de Israel, en lo que representa una vuelta de rosca en la escalada del conflicto que desde hace más de dos meses tiene como epicentro a la Franja de Gaza.

Durante las últimas semanas, rebeldes hutíes centraron sus acciones contra barcos que navegaban por el Mar Rojo y anunciaron que sólo cesarán si Tel Aviv pone fin a los crímenes que perpetra en ese territorio palestino y si, además, permite la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.

El punto más caliente se ubica en el estrecho de Bab el Mandeb que es por donde circula alrededor del doce por ciento del comercio global, de acuerdo a un informe elaborado por S&P Global Market Intelligence. Y es ahí donde la armada de EE.UU. montó la iniciativa que denomina Operación Prosperity Guardian en la que espera embarcar a otros miembros de la Otan, lo que podría echarle más nafta a una región en la que lo que sobra es combustible.

Y dos de los candidatos que eligió tentar Washington, son Grecia y España, por lo que no es de sorprender que sea desde esos dos países, desde donde los comunistas ya alzaron las primeras voces que rechazan tal iniciativa. “No a la intervención militar en el Mar Rojo”, reclamó públicamente el Partido Comunista de los Trabajadores de España y destacó que las advertencias de la guerrilla hutí se objetivan sobre barcos mercantes de los principales monopolios navieros como medida de presión para que Israel ponga fin al genocidio que está llevando a cabo contra el pueblo palestino.

Pro también hizo hincapié en que es preciso que el gobierno que encabeza Pedro Sánchez, de marcha atrás con su decisión de autorizar que el Ejército Español participe en la Operación Prosperity Guardian, aunque sea “bajo pabellón de la Otan o la Unión Europea” como lo especificó la ministra de defensa, Margarita Robles, y que “resulta indiferente el pabellón bajo el que se enmarque esta nueva intervención armada, porque rechazamos cualquier participación española en misiones imperialistas en el extranjero y denunciamos este nuevo ejemplo del firme compromiso del gobierno con los monopolios y con el Estado de Israel”.

Y después de recordar que oficialmente Yemen se declaró “parte activa de la resistencia palestina”, advirtió que “esta intervención militar impulsada por EE.UU., es una intervención directa contra la heroica lucha que el Eje de la Resistencia está dando contra el sionismo por la liberación de su país” y, por lo tanto, “una intervención terrorista directa, y alineada con las genocidas fuerzas
sionistas”.

Por su parte, desde Atenas, el Partido Comunista de Grecia (KKE) sostuvo que cualquier tipo de participación de este país “en los planes imperialistas debe cesar inmediatamente” y denunció el envío de una fragata griega al Mar Rojo que, con el pretexto de la seguridad de la navegación marítima y la protección de los buques mercantes, involucra aún más al país en los peligrosos
planes imperialistas, que en esta etapa están directamente relacionados con el apoyo a la política asesina del Estado israelí”.