Esta es la consigna con la que se llevó a cabo una multitudinaria movilización que, en Perú, se hizo en vísperas del primer año de Dina Boluarte.
“Que se vayan todos” fue la consigna con la que se llevó a cabo una multitudinaria movilización que tuvo su epicentro en Lima en vísperas del primer año de Dina Boluarte al frente del ejecutivo nacional, al que accedió tras acordar con la mayoría parlamentaria de derecha que derrocó a Pedro Castillo. Las columnas entre las que estuvo una muy numerosa del Partido Comunista Peruano (PCP), demandaron que la actual composición del Congreso cese en sus funciones y el adelanto de las elecciones, pero también la dimisión de la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, quien aparece en el ojo del huracán por el encubrimiento de casos de corrupción.
Los manifestantes se concentraron en Plaza San Martín, desde ahí pasaron frente a las sedes del Palacio de Justicia, de la Fiscalía de la Nación y del Congreso para volver a Plaza San Martín convocados por la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha y la Plataforma por la Democracia, entre otras organizaciones sociales y políticas.
La jornada se llevó a cabo a poco de que el equipo especial de la Policía y de la Fiscalía contra la Corrupción del Poder iniciara una megaoperación que implica a la actual titular del Ministerio Público, Patricia Benavides, como así a tres asesores suyos, el defensor del Pueblo Josué Gutiérrez y congresistas del bloque que apoya a Boluarte. El caso fue denominado como Operación Valkiria V.
“El tinglado de la corrupción cayó cuando el equipo dirigido por la fiscal Marita Barreto inició la Operación Valkiria V”, que pone el ojo sobre el círculo cercano a Benavides “comprometida como jefa de una organización criminal, para comprar votos de congresistas que tenían investigaciones pendientes por diversos delitos”, sostuvo el PCP.
Y, en este sentido, hizo hincapié en que esta investigación que se realiza sobre la actividad de lo que no dudó en denominar como “la mafia de la Fiscalía”, comenzó durante marzo pasado, por lo que “no es algo improvisado”, ya que “se basa en gran cantidad de documentos que hablan de los delitos de la mafia que son abundantes e irrefutables”.