Así lo advierte la abogada Rosa Herrera en la previa de la movilización unitaria del 24 de marzo. “Siempre sirve tener una reflexión cotidiana sobre las disrupciones y continuidades de lo que fue la dictadura”, sostuvo y añadió que “ante el fascismo de este gobierno, el límite lo vamos a poner como pueblo que lucha en la calle y con unidad”.
Este año la jornada del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia va atener una convocatoria unitaria en todo el país donde por medio de marchas y otras actividades, se va a denunciar las políticas represivas del actual gobierno, pero también van a volver a ponerse sobre el tapete las demandas vinculadas a todos los derechos humanos, sociales, laborales, ciudadanos y políticos que son sistemáticamente vulnerados en Argentina.
Uno de ellos es, sin lugar a dudas, el derecho a poder contar con una vivienda digna desde la que construir la propia vida. Y si bien la crisis habitacional no es un fenómeno nuevo como tampoco lo es la voracidad de la especulación que se lleva adelante desde el negocio inmobiliario, no caben dudas que durante los catorce meses que Javier Milei lleva en la Presidencia de la Nación, estas problemáticas fueron profundizándose sobre todo en los grandes centros urbanos, a raíz de la aplicación de medidas como la derogación de la Ley de Alquileres.
De acuerdo a datos oficiales, en la Ciudad casi el 39 por ciento de las familias habitan viviendas alquiladas, lo que representa un incremento de alrededor del treinta por ciento respecto a 2017. Y esta situación empeora cuando el universo que se considera es el de los adultos jóvenes, ya que en ese segmento algo más de la mitad ni siquiera puede alquilar una vivienda.
Por otra parte, el propio Gobierno porteño dan cuenta de que, en la Ciudad, hay 4.049 personas en situación de calle, lo que implica un aumento de más del veintitrés por ciento si se considera el período que va de noviembre de 2023 al mismo mes de 2024 que es el último del que se publicaron datos. Pero para los relevamientos de diferentes organizaciones sociales la cosa es peor, ya que sostienen que en esa situación hay en la capital de Argentina al menos doce mil personas, al tiempo que alertan acerca de que con la Presidencia Milei fue cambiando la composición de la población en situación de calle, ya que se incrementó la presencia de familias completas.
Rosa Herrera es abogada y como tal integra el Equipo Vivienda de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, que protagoniza una ardua tarea en defensa de personas que sufren desalojos o están en riesgo de ser dejadas en la calle, principalmente en una Ciudad de Buenos Aires, territorio cuyo gobierno pretende presentar como la vidriera de un país pujante y que, en realidad, resulta ser una suerte de metáfora casi perfecta de una sociedad de dos plantas en la que unos pocos son cada vez más ricos, mientras que el resto es empujado a sumergirse en la pobreza.
* Ustedes tienen un trabajo bastante intenso…
Desde 2001 vengo trabajando en esto, pero la Liga lo hace desde antes en la defensa de las familias más desprotegidas de la Ciudad frente a los desalojos, con compañeros como Héctor Trajtemberg y Gerardo Etcheverry.
*En una ciudad que es una muestra de lo que es ese país de dos plantas al que se avanza aceleradamente con el proyecto que encabeza la Presidencia Milei…
Por supuesto. Y en estos tiempos en que estamos transitando el Mes de la Memoria, siempre sirve tener una reflexión cotidiana sobre las disrupciones y continuidades de lo que fue el golpe del 1976 y la dictadura cívico-eclesiástica-militar que no es algo que quedó congelado en el pasado, sino que permanentemente debemos traerlo al presente. Por eso es tan importante advertir lo que se ve palmariamente en la Ciudad.
Sabemos que ese golpe tuvo como fin llevar adelante un genocidio contra nuestro pueblo…contra las militancias populares, pero en particular en la Ciudad se buscó transformar a Buenos Aires en una ciudad diseñada para los sectores más pudientes y los especulativos inmobiliarios. Y esa configuración no tuvo una interrupción pese a la conquista del pueblo que en 1983 se plasmó en la elección de un gobierno constitucional, ya que esas políticas urbanas de la configuración de una ciudad para pocos, continuó y se fue afianzando.
En la dictadura, de la mano de Osvaldo Cacciatore que fue el elegido por la Junta Militar para ser intendente de la Ciudad, se llevaron adelante políticas urbanas muy destructivas y de fragmentación. Entre otras, la liberación de los precios de los alquileres que tiene concordancia con lo que hoy están viviendo los inquilinos en todo nuestro país, pero particularmente en la Ciudad, donde directamente se derogó la Ley de Alquileres con la consiguiente liberación de los precios lo que impactó en un aumento desmesurado de los mismos lo que, por ende, provocó un gran obstáculo para los sectores populares y los trabajadores en general para acceder a un alquiler formal de la vivienda.
*Fue el intendente de las autopistas y las demoliciones…
También se llevaron adelante distintas políticas como las autopistas que coincidiendo con la organización del Mundial 78 implicó la destrucción de miles de edificios, la expropiación de propiedades a sus titulares y la destrucción de otras edificaciones a costa de que muchas personas quedaran sin vivienda, porque se produjeron despojos y la fragmentación que eso implicó, un impacto hacia adentro de las familias como para la comunidad que en esos momentos se constituían en los lugares que fueron afectados.
La otra política urbanística fuerte que llevó adelante en clave de destrucción la dictadura, fue la orden de Cacciatore por medio de la Ordenanza 33.652 de 1977 que implicaba la erradicación de todas las villas de la Capital Federal, que se hizo con total violencia con el fin de aniquilar a esas comunidades de barrios populares.
*Pese a la violencia de esos desalojos las villas siguen estando…
Sí y siguen siendo una posibilidad concreta de acceso a la vivienda de manera informal para parte del pueblo trabajador como lo son los conventillos, pensiones y hoteles donde los dueños se abusan de ellos por medio de los precios y las condiciones de habitación que suelen ser pésimas.
Conozco bien todo lo destructivo que fue ese plan de erradicación, porque lo padecí en mi niñez y mis padres fueron luchadores referentes en enfrentar a ese plan por el que la dictadura pretendía y logró expulsar a más de doscientos mil habitantes de la Ciudad con el fin de, supuestamente, solucionar la problemática de crisis habitacional que representaba la existencia de las villas y asentamientos de emergencia.
Esas son cuestiones que son centrales para la lucha por el derecho a la vivienda, una lucha en la que logaron resistir las villas y todavía se encuentran en eso. Hoy tienen otras características, ya que aumentó su población que, además, se fue afianzando. Y con las luchas se logró cambiar el paradigma de erradicación a urbanización, pero pese a todo persisten conflictos que son mucho más profundos.
*La imposibilidad de acceder a la vivienda para muchos es un ejemplo de esas continuidades…
Por supuesto, no se resolvió el problema del acceso a la vivienda digna que, es más, empeoró y hoy por hoy la Ciudad se presenta como un ejemplo de inversión inmobiliaria a costa de los sectores populares, un problema grave que ahora se amplía también a los sectores medios que tienen grandes dificultades para tener acceso a la vivienda.
*Algo que está vinculado al fenómeno de la gentrificación…
Así es ya que adjudican algún sector al desarrollo especifico como ser “el de las artes” u otra cosa, con lo que se busca dar beneficios impositivos para fomentar la inversión en determinados lugares, pero lo que hacen es encarecer el suelo y la construcción en esa zona, además del costo de los servicios, esto es de la sostenibilidad de la vivienda. Y eso hace que se vuelva insostenible continuar viviendo en esos lugares para los habitantes genuinos de esas barriadas.
*Los expulsan y de ese modo rompen lazos históricos, sociales y comunitarios que son un insumo fundamental para la resistencia y la lucha…
Eso es lo que hizo la dictadura en todos los planos, en el sindical y en las condiciones de trabajo, con las persecuciones y desapariciones…buscaron romper el tejido social solidario y de lucha de nuestro pueblo. Y en la parte urbana y que tiene que ver con el derecho a la vivienda, básicamente, además hicieron eso con las condiciones mínimas de habitabilidad de esos sectores. Porque el hecho que se destaca muchas veces es que en los habitantes de las villas hay valores de solidaridad, organización y noción de colectiva. Y aunque acá también hizo mella el neoliberalismo, en gran parte se mantienen esos valores históricos que eran y son necesarios para la propia subsistencia del barrio y de cada uno de sus habitantes. Porque, por ejemplo, en aquellos años, las mujeres como mi mamá y muchas más, para salir buscar el peso…a trabajar en servicio doméstico, hablaban con sus vecinas o algún familiar del barrio para que le cuiden a los chicos, los busquen a la salida del colegio y si había algún problema acudían a la junta vecinal…
*Había comunidad…
Todo eso era comunidad entre vecinos. Y si a alguien no le alcanzaba se iban formando las ollas populares como antecedentes de los comedores comunitarios populares de hoy en día. Y se hacía eso porque para la propia subsistencia de los compañeros y compañeras, es imprescindible ese lazo de solidaridad que tiene nuestro pueblo y que se construye desde abajo. Entonces, también todo eso es lo que vino a romper y aniquilar la dictadura.
Por eso desde la Liga siempre hemos denunciado esas continuidades, esa falta de políticas públicas en lo que tiene que ver con dar respuestas de fondo, estructurales para resolver el tema de la vivienda.
*¿Por dónde habría que comenzar?
En principio por suspender todos los desalojos, porque cada día hay uno y no hay respuestas para las personas afectadas. Y, por ahí, se trata de un inmueble que fue comprado por un inversor inmobiliario…un especulador que compra el inmueble ocupado y acude al Poder Judicial para desalojar a sus habitantes y, entonces, ese inmueble dobla su precio de mercado pero a costa de que centenares de familias queden en la calle y totalmente desprotegidas.
*De eso también va la esencia de esto de la gentrificación…
Exacto. Y una expulsión que se hacía a plena luz del día en la dictadura militar, era avalada por frases como aquella que decía Cacciatore “hay que merecer vivir en la ciudad”, peo además era legitimada por la propaganda en los medios de información donde se repetía que en las villas son todos vagos y delincuentes. Todo eso, lamentablemente, tiene una continuidad hasta nuestros días. Y el neoliberalismo es el que hizo posible que la haya. De hecho la problemática de los desalojos que es constante en la Ciudad, está silenciada y afecta a los sectores más marginados y excluidos…la gran mayoría de quienes viven en edificios u otros inmuebles ocupados, lo que comúnmente se conoce como casas tomadas, son personas que están viviendo en exclusión porque no pueden acceder a trabajos formales.
Todo esto es continuidades que ahora se profundiza con la política del actual gobierno que, por supuesto, resulta muy preocupante por todas las medidas que toma. Incluso ataca el derecho básico a la protesta de nuestro pueblo que pasa penurias porque los sueldos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas. Una familia para no ser pobre tiene que ganar 1.700.000 pesos y eso sin contar el costro del alquiler.
Y además de toda esta agresión hacia nuestro pueblo quieren sacarnos el derecho a protestar…a manifestarnos y ejercer nuestra libre expresión. Por eso es que estamos prácticamente en una situación de un estado de excepción.
*En ese contexto el 24 de marzo se va a tener una marcha unitaria…
Es muy positivo que podamos realizar una única marcha, para construir la unidad de todo el pueblo que es necesaria para poder enfrentar a estas políticas agresivas del actual gobierno de Milei y, además, porque va a tener lugar en la antesala de un nuevo endeudamiento que no sólo va a condicionarnos a nosotros sino a varias generaciones futuras. Cuando recién asumió Alfonsín luchábamos por el no al pago de la deuda y 41 años después estamos en una situación agudizada y en un escenario en el que, encima, abiertamente y con la complicidad de los medios de información se coarta la posibilidad de manifestarnos.
*¿Espera que la jornada del lunes sea una respuesta popular inequívoca a todo eso?
Entonces, frente a eso, la respuesta del pueblo unido el 24 de marzo debe ser contundente para decir Nunca Más en todos los ámbitos, nunca más desocupados, nunca más a la violación de Derechos Humanos y también nunca más a los ataques hacia nuestros barrios porque no estamos exentos de que se produzcan desalojos masivos, como el que tuvo lugar en la Villa 31 en plena pandemia por el plan de urbanización de Horacio Rodríguez Larreta. Por eso debemos ser conscientes de que, como pueblo, tenemos que estar unidos y es un buen punto de partida el hecho de llevar una marcha única para decir basta a este gobierno, pero también para volver a decir juicio y castigo a los culpables y que los genocidas el único lugar que tienen es la condena por los crímenes de lesa humanidad que cometieron y la cárcel común. Y para ponerle un limite a este Estado que está presente, porque no está ausente, está presente en su faz destructiva y represiva para nuestro pueblo, ya que es socio de los negocios inmobiliarios, de especuladores y fondos buitre que se enriquecen a costa del hambre que sufre nuestro pueblo. Y está presente porque reprime la simple actitud de nuestro pueblo que, unido, levanta su voz para repudiar estas políticas. Ante el fascismo de este gobierno, el límite lo vamos a poner como pueblo que con la lucha, en la calle y con unidad, pero también estando en alerta permanentemente.