Esto es que proclaman diferentes organizaciones que apoyan la postura presentada al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, por el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática y titular del Frente Polisario, Brahim Ghali.
“Nada para los saharaui, sin los saharauis”, es la consigna con la que diferentes organizaciones y movimientos entre los que está el Partido Comunista de la Argentina, se encolumnaron con el reclamo de la Brigada Venezolana de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, que exige una solución política que garantice la autodeterminación del pueblo saharaui.
Lo hacen en un contexto en el que el pasado 23 de octubre, el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (Rasd) y titular del Frente Polisario, Brahim Ghali, remitiera al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, una propuesta integral para la descolonización del Sáhara Occidental diseñada a partir de una posición ajustada al derecho internacional, perspectiva de paz y justicia, en la cual se resalta que “la paz no puede construirse sobre la ocupación, sino sobre la libertad, la soberanía y el respeto a la legalidad internacional y, a las resoluciones previas de la ONU durante casi cincuenta años”.
Una semana más después se reunió el Consejo de Seguridad de la ONU y decidió renovar el mandato de la Minurso “sin ejecutar ninguna de sus obligaciones fundacionales planteadas hace 34 años y sin ampliar el mandato para vigilar derechos humanos”. La resolución no recoge ni responde a las objeciones planteadas por la mayoría de los Estados miembros del Consejo de Seguridad y por el propio Frente Polisario en su carta del 23 de octubre.
Por esta razón, la Brigada Venezolana de Solidaridad y el resto de organizaciones, reiteraron su “respaldo contundente al Frente Polisario, único y legítimo representante del pueblo saharaui, y a la propuesta ampliada para una solución política mutuamente aceptable que garantice la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental”, al tiempo que rechazaron la propuesta de autonomía marroquí hecha por Estados Unidos, a la que calificaron como “un instrumento del expansionismo neocolonial que anula el derecho saharaui a existir como Estado-Nación libre”.
Y fueron claros al calificar como inadmisibles “las injerencias de Donald Trump y sus presiones al Consejo de Seguridad de la ONU y a la comunidad internacional, para imponer sus intereses económicos y geopolíticos, pisoteando la voluntad y el derecho a la autodeterminación y soberanía del pueblo saharaui”, así como a la hora de subrayar que “el Sahara occidental no se negocia, se defiende”.