En este contexto su titular, Rogelio de Leonardi, recalcó que el sindicato docente se plantea “la necesidad de convertir la memoria, que es identidad y es proyecto, en nuevos avances para una construcción que es inacabada”.
“Quién lucha puede perder, quién no lucha ha perdido ya” señaló Rogelio De Leonardi al recuperar la definición de Bertold Brecht y recalcó “como nos enseña la experiencia luminosa de la Cuba de Fidel, aquí no se rinde nadie”.
Lo hizo al encabezar el acto con el que la Asociación de Maestros y Profesores de La Rioja (AMP), conmemoró su 75 aniversario, en un momento en el que este sindicato docente es objeto de una feroz campaña de agresión que, principalmente, lo tiene en la mira a su secretario general.
Por tal motivo una nutrida delegación de Ctera encabezada por su titular, Sonia Alesso, viajó hasta La Rioja para participar del acto en la que entre otros representantes de sindicatos de base de otras provincias, se dieron cita varios integrantes de La Violeta, así como representantes de otros sindicatos, del gobierno de la provincia, organismos de Derechos Humanos y organizaciones sociales.
La historia de la AMP siempre estuvo vinculada a los momentos políticos de La Rioja y el país y, dentro de esos contextos, muchas veces sus dirigentes fueron perseguidos por asumir con compromiso la defensa de los derechos de los trabajadores de la educación.
“Desde sus orígenes y como parte más tarde de Ctera, la AMP ha tendido a defender los intereses de los educadores, pero siempre en armonía con la defensa de un proyecto de educación pública popular, diverso y emancipador”, resaltó De Leonardi.
Tras lo que hizo hincapié en que todo esto se hizo “como parte de un gran torrente de luchadores y luchadoras populares, por construir una sociedad justa, igualitaria, diversa, emancipada”.
Así las cosas De Leonardi, sostuvo que “para el futuro, nuestra AMP se plantea la necesidad de convertir esa memoria, que es identidad y es proyecto, en nuevos avances para una construcción que es inacabada”.
Y fue claro al señalar que esa construcción se vincula a “una educación emancipadora para una sociedad justa, equitativa, que de lugar a una nueva humanidad, sin opresión, sin explotación, sin discriminación”, ya que “la lucha y la creación son el signo de estos tiempos”.