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Sáb, Abr
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En Entre Ríos persiste la ola de calor y alumnos de Paraná encontraron una forma original para exigir que las autoridades educativas, hagan algo tan sencillo como proveer de ventiladores a las escuelas.

La última ola de calor persiste en buena parte de la provincia de Entre Ríos y la semana pasada golpeó fuerte en Paraná, donde estudiantes de diferentes escuelas públicas de la ciudad, decidieron reclamar frente a la sede del Consejo General de Educación por medio de un “bombuchazo”.

Ahí, provistos de baldes repletos de globitos de carnaval, jugaron una guerra de agua para exigir que se reduzca la cantidad de horas en el aula mientras dure la ola de calor extremo y que se tomen otro tipo de medidas para garantizar las condiciones del dictado de clases en estos espacios, como proveer a los establecimientos educativos de algo tan sencillo como ventiladores.

Por su parte, también en la capital entrerriana, la filial de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), planteó la necesidad de implementar clases virtuales mientras dure la ola de calor, una modalidad que se puso en marcha durante el ciclo lectivo 2020 como consecuencia de la pandemia del Covid.

Al año siguiente, el dictado se llevó a cabo mediante el sistema de bimodalidad que imbrica clases virtuales y presenciales, algo que se mantuvo hasta el 30 de agosto de 2021 cuando se instrumentó la presencialidad plena.

Mientras tanto, docentes que integran la Corriente Nacional Agustín Tosco de Entre Ríos, fueron claros al advertir que el calor agobiante que persiste en marzo “ha hecho casi imposible el trabajo pedagógico en buena parte de nuestras escuelas públicas” y, en este sentido, denunciaron que “hay ventiladores que no funcionan o funcionan a medias mientras se registra casi cuarenta grados de temperatura”.

Pero, asimismo, advirtieron que en muchos edificios escolares falta de agua corriente y que se presentan “condiciones edilicias que han hecho de nuestras instituciones educativas un oasis difícil e inviable para quienes trabajan, enseñan y aprenden allí”. Y lamentaron que mientras sucede todo esto, “varios dirigentes políticos oficialistas y opositores que quieren clases de cualquier forma, acercando con suerte algunas botellitas de agua fresca”.

Por lo que, “desde los colectivos de base gremiales planteamos la discusión pública sobre la situación y ante la falta de humanidad y empatía de la que tanto hablan animamos a delegados, docentes y directivos a tomar las decisiones que crean justas para resguardar la salud de cada comunidad educativa” y se propone que hay alternativas viables como “media jornada, clases virtuales por unos días o suspender la actividad”.