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Así se pronunció el Partido Comunista Francés ante la crisis que atraviesa el sector agrícola, en cuyo marco, recientemente miles de agricultores se movilizaron con sus tractores hacia Paris.

“Recuperemos el control de nuestra soberanía alimentaria”, es la consigna con la que el Partido Comunista Francés (PCF), se posiciona frente a la crisis que atraviesa el sector agrícola que hizo eclosión hace pocas semanas cuando miles de agricultores marcharon hacia Paris, con sus tractores, como parte de una protesta que este sector viene llevando a cabo en distintos puntos de Europa.

Básicamente lo que reclaman a las autoridades de la Unión Europea, es la adopción de medidas que les permitan recuperar tasa de rentabilidad que están perdiendo a partir de la subvención indirecta que la UE realiza sobre los productos agrícolas provenientes de Ucrania y el aumento que registra el precio de los fertilizantes a raíz de las sanciones que la UE impone a Rusia.

“Estas elecciones europeas deben ser una oportunidad para colocar la soberanía alimentaria en el centro de las prioridades de los comunistas”, coincidieron en recalcar los titulares de la Comisión de Agricultura, Pesca y Silvicultura del PCF, Julien Brugerolles y Jonathan Dubrulle, que además sostuvieron que “detrás de esta postura se esconde un concepto progresista e internacionalista definido por Vía Campesina como ‘el derecho de los pueblos a una alimentación sana y culturalmente apropiada, producida con métodos ecológicamente racionales y sostenibles, y su derecho a definir su propia sistemas alimentarios y agrícolas’”.

Esta definición, puntualizaron, “brinda el marco de la política agrícola y alimentaria defendida por el PCF”, ya que “detrás de ‘pueblos con una alimentación sana y culturalmente adecuada’ se esconde la cuestión del derecho a la alimentación, es decir, el acceso universal a alimentos suficientes, sanos, equilibrados y elegidos”, algo que “exige, de hecho, un aumento de sueldos, pensiones y salarios”.

Por otra parte, resaltaron que la producción de alimentos utilizando “métodos económicamente sólidos y sostenibles, corresponde inmediatamente a la transformación agroecológica deseada por los comunistas”, porque se basa en sinergias entre especies animales y vegetales, así como en “el bucle de los ciclos del agua y los principales nutrientes”.

Entonces, aseveraron, “la Política Agrícola Común (PAC) debe reformarse fundamentalmente para establecer redes de seguridad públicas, junto con seguros públicos y sistemas de capacitación para que la transformación agroecológica se lleve a cabo con los agricultores y no contra ellos”. La PAC es el conjunto de leyes adoptadas por la UE, que representan una política unificada en materia de agricultura, pero que asimismo implica una delegación de soberanía por parte de sus países miembros respecto de Bruselas.

Y, en este sentido, dijeron que la agroecología implicaría, en particular, una combinación de cultivos y ganadería, esto es, la reintroducción de la ganadería en las regiones cerealeras y la producción en las explotaciones agrícolas de los alimentos necesarios para el ganado, lo que plantea “volver a situar la cría de ganado en el centro de la reproducción de la fertilidad de la tierra, que es un objetivo que permitiría dejar de depender de los fertilizantes minerales que emiten óxido nitroso y prescindir de recursos fósiles en manos de unos pocos Estados, como la potasa y el fósforo”.

Finalmente, hicieron hincapié en que la cuestión del derecho de las poblaciones a “definir sus propios sistemas alimentarios y agrícolas hace insoportable cualquier competencia entre agricultores, ya sea la renacionalización progresiva de la PAC o la firma de tratados de libre comercio”, por eso “en lugar de ello, proponemos trabajar por una nueva cooperación científica e industrial europea e internacional”.