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Ante la pasividad cómplice de la comunidad internacional, tropas del Estado de Israel atacan un campo de refugiados ubicado al norte, en la localidad de Jenin.

Al cierre de esta edición, las Fuerzas Armadas del Estado de Israel están atacando la zona de Cisjordania que ocupa ilegalmente. Y ante la pasividad absoluta y cómplice de la comunidad internacional, perpetra una verdadera masacre en un campo de refugiados ubicado al norte, en la localidad de Jenin.

Se trata de una operación a gran escala que comenzó durante la madrugada de ayer lunes, en la que las autoridades israelíes reconocen que ya asesinaron a, al menos, diez personas palestinas. La magnitud de la incursión queda clara cuando se toma nota de que las fuerzas israelíes atacan por tierra y aire con drones y alrededor de dos mil soldados, además de un número indeterminado de agentes de inteligencia que actúan infiltrados entre la población palestina.

Con todo este despliegue, el Ejército israelí irrumpió en este campo de refugiados donde cerca de catorce mil personas sobreviven como pueden en menos de medio kilómetro cuadrado. Por sus características, este despliegue se parece mucho a aquel que llevaron a cabo las tropas de las SS, que bajo el mando del general Jürgen Stroop, entraron a sangre y fuego en el Gueto de Varsovia​, hace poco más de ochenta años.

Así las cosas mientras voceros del Ejército israelí hacen saber que “la campaña durará lo que sea necesario”, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, celebra que “la campaña militar en Jenin está progresando según lo planeado”. Pero la brutalidad de este nuevo capítulo del genocidio que el Estado de Israel perpetra contra el pueblo palestino es, lamentablemente, apenas una página de una larga historia.

Pocos días antes y con el particular desparpajo que lo caracteriza, el ministro de Seguridad y líder sionista Itamar Ben Gvir, calificó como “niños dulces” a los integrantes de las bandas paramilitares que actúan al servicio de colonos para hostigar y desplazar a pobladores de aldeas palestinas. En uno de estos episodios, la semana pasada, esta suerte de freikorps del siglo 21 asesinaron a dos palestinos e hirieron a por lo menos una docena.

La idea es clara y en esto no hay halcones o palomas. Una herramienta clave para que se pueda perpetrar el genocido, que es un objetivo central del Estado de Israel, es el desplazamiento metódico y constante del pueblo palestino, en un proceso de “limpieza étnica” que se completa con su desaparición física y reemplazo por población judía nacida en Israel o en cualquier parte del planeta.

Y en esta perspectiva, el gobierno israelí acaba de aprobar la construcción de 5.623 nuevas viviendas en asentamientos ilegales ubicados en Cisjordania ocupada, con lo que durante el primer semestre del año, ya adelantó planes para la construcción de trece mil viviendas en ese lugar.

“Necesitamos tener en forma total, completa y amplios asentamientos acá. No solo acá sino en todas partes alrededor. Necesitamos colonizar la tierra de Israel. Adicional a la colonización, necesitamos una operación militar, derribar edificios, matar terroristas, no uno o dos, sino docenas y centenares y si es necesario miles. La tierra de Israel es para el pueblo de Israel”, recalcó la semana pasada Ben-Gvir y ahora mismo el Ejército de Israel lo está haciendo.